- por el restablecimiento de la madre de mi amigo y compañero Jan.
- por la pronta mejoría en las lesiones que aquejan a mis amigos.
- por que su protección caiga sobre los que me acompañarán en Mapoma.
- por que su protección caiga sobre los que tienen la ilusión de vivir este sueño y puedan vivirlo sin contratiempos.
Ayer fue curioso que Tecolinha comentara algo en la anterior entrada, que más tarde terminó sucediendo. Eso sin saberlo ella y mucho menos sin saberlo ni haberlo planeado yo.
Tecolinha hablaba de la hora de publicación de la mi entrada. Tengo que decir que la hora es real. Ayer me levanté media hora antes de publicar esa entrada. Tenía ya el borrador preparado y sólo tenía que pulirlo. Me levanté a las 03:45 y publiqué a las 4:35. A eso de las 05:00 ya estaba duchado y desayunado. Zumo de naranja natural, dos tostadas con mermelada, un par de magdalenas y un buen tazón de colacao espesito como a mí me gusta.
Tecolinha hablaba de que saliera a correr cuando pudiera, y a las 05:30 de la mañana ya lo estaba haciendo. Se corre fenomenal a esa hora. Parece que hace frío, pero sabéis lo que pasa. A los 10 minutos de ponerte a ello, el frío no existe. El tiempo tampoco. Ni las distancias existen. Todo cobra otra dimensión.
Desde que me levanté noté que el cuerpo me pedía guerra, pero no quería dejar de publicar esa entrada que explica muchas cosas porque después, no estaba muy seguro de poder hacerlo. Y ya eran muchos días sin dar señales de vida. De modo que le di prioridad a eso. Con ello se me fue un tiempo. Cuando me planté en la puerta del trabajo, eran las 5:25 de la mañana. Me apetecía correr una barbaridad, pero no había tiempo suficiente para una sesión de una hora siquiera. Así que me dije: “Vamos a correr por correr. Lo que de tiempo.” Y me puse a correr. Iba preparado para ello, zapatillas, chándal… Me puse a correr porque sí, sin ataduras de pulsaciones. 5:30 de la mañana. Tampoco buscando hacer ninguna barbaridad. Sólo correr y disfrutar corriendo.
Por la tarde me tocaban series de 3x1000 en cuesta. Eso ya sería otro cantar. ¡Y de verdad que lo fue!
Salía de trabajar a las 14:30. Sólo 8 horas de turno corto que saben a gloria de vez en cuando en mi trabajo.
Aunque activé los pulsímetros que no quisieron funcionar. Ninguno de los dos. Los dos marcaban cero. Ni me preocupé. Debieron pensar como yo. Debieron decir: “¡Corre por correr y olvídate de nosotros!”. Al menos el Polar 400 me marcó la distancia recorrida. Poca cosa, algo más de 6 K. ¡Pero qué 6 K! 40 minutos eligiendo por donde quería ir. ¿Esa cuesta? ¡A por esa cuesta! ¿Hasta la esquina? No, mejor hasta el final de la calle y bajamos por Alcalá… Los kilómetros pasando, el asfalto rodando bajo mis pies. Ningún frío. Las calles casi sin poner. Ningún objetivo en este rodaje. No lo tomo ni siquiera como un entrenamiento. Es… un homenaje, un premio a mis piernas.
¡Y corrí por correr! ¡Placer absoluto!
A las 6:10 estaba en la puerta de mi centro de trabajo. Tenía el tiempo justo de asearme y cambiarme. Novedad en mi trabajo: la semana que viene empiezo a poder usar las duchas. Ya lo tengo todo preparado. Toallas, gel, mudas… ¡Tengo duchas con agua caliente! Organizándome bien, puedo rodar antes de entrar a trabajar y dejar un margen para el tiempo de la ducha.
¡Qué bueno es correr por correr! Pero vaya parrafada para contar que he corrido 40 minutos sin objetivo alguno. Bueno, uno sí, disfrutar con lo que ya hago como el que se rasca la nariz.
Y por último, ahora me planteo la duda de si lo que hice ayer fue una doble sesión. No soy partidario de ellas, pero creo que siendo tan poco serio este paseo que he contado a una media de 6:32, le pido perdón al Mister si es que esto se puede considerar como una doble sesión.
Tecolinha hablaba de la hora de publicación de la mi entrada. Tengo que decir que la hora es real. Ayer me levanté media hora antes de publicar esa entrada. Tenía ya el borrador preparado y sólo tenía que pulirlo. Me levanté a las 03:45 y publiqué a las 4:35. A eso de las 05:00 ya estaba duchado y desayunado. Zumo de naranja natural, dos tostadas con mermelada, un par de magdalenas y un buen tazón de colacao espesito como a mí me gusta.
Tecolinha hablaba de que saliera a correr cuando pudiera, y a las 05:30 de la mañana ya lo estaba haciendo. Se corre fenomenal a esa hora. Parece que hace frío, pero sabéis lo que pasa. A los 10 minutos de ponerte a ello, el frío no existe. El tiempo tampoco. Ni las distancias existen. Todo cobra otra dimensión.
Desde que me levanté noté que el cuerpo me pedía guerra, pero no quería dejar de publicar esa entrada que explica muchas cosas porque después, no estaba muy seguro de poder hacerlo. Y ya eran muchos días sin dar señales de vida. De modo que le di prioridad a eso. Con ello se me fue un tiempo. Cuando me planté en la puerta del trabajo, eran las 5:25 de la mañana. Me apetecía correr una barbaridad, pero no había tiempo suficiente para una sesión de una hora siquiera. Así que me dije: “Vamos a correr por correr. Lo que de tiempo.” Y me puse a correr. Iba preparado para ello, zapatillas, chándal… Me puse a correr porque sí, sin ataduras de pulsaciones. 5:30 de la mañana. Tampoco buscando hacer ninguna barbaridad. Sólo correr y disfrutar corriendo.
Por la tarde me tocaban series de 3x1000 en cuesta. Eso ya sería otro cantar. ¡Y de verdad que lo fue!
Salía de trabajar a las 14:30. Sólo 8 horas de turno corto que saben a gloria de vez en cuando en mi trabajo.
Aunque activé los pulsímetros que no quisieron funcionar. Ninguno de los dos. Los dos marcaban cero. Ni me preocupé. Debieron pensar como yo. Debieron decir: “¡Corre por correr y olvídate de nosotros!”. Al menos el Polar 400 me marcó la distancia recorrida. Poca cosa, algo más de 6 K. ¡Pero qué 6 K! 40 minutos eligiendo por donde quería ir. ¿Esa cuesta? ¡A por esa cuesta! ¿Hasta la esquina? No, mejor hasta el final de la calle y bajamos por Alcalá… Los kilómetros pasando, el asfalto rodando bajo mis pies. Ningún frío. Las calles casi sin poner. Ningún objetivo en este rodaje. No lo tomo ni siquiera como un entrenamiento. Es… un homenaje, un premio a mis piernas.
¡Y corrí por correr! ¡Placer absoluto!
A las 6:10 estaba en la puerta de mi centro de trabajo. Tenía el tiempo justo de asearme y cambiarme. Novedad en mi trabajo: la semana que viene empiezo a poder usar las duchas. Ya lo tengo todo preparado. Toallas, gel, mudas… ¡Tengo duchas con agua caliente! Organizándome bien, puedo rodar antes de entrar a trabajar y dejar un margen para el tiempo de la ducha.
¡Qué bueno es correr por correr! Pero vaya parrafada para contar que he corrido 40 minutos sin objetivo alguno. Bueno, uno sí, disfrutar con lo que ya hago como el que se rasca la nariz.
Y por último, ahora me planteo la duda de si lo que hice ayer fue una doble sesión. No soy partidario de ellas, pero creo que siendo tan poco serio este paseo que he contado a una media de 6:32, le pido perdón al Mister si es que esto se puede considerar como una doble sesión.
65 días para Mapoma 2010
Ni 24 horas para la 2ª Kedada Bloguera en El Pardo.
Por la parte que me toca, un millón de gracias (y serán pocas).
ResponderEliminarQuería decirte, aparte, que me gratifica leerte, que no es fácil comunicar sentimientos, sensaciones, estados de ánimo...y lo haces de una manera que muchos de los llamados "escritores" querrían poder conseguir.
Ya queda poquito y te veo muy en el camino, Pepe, enhorabuena.
Se corre por deseo de correr, y esa mentalidad cuando pasas de 30k en el Maratón vale su peso en oro.
ResponderEliminarMañana más y mejor.
Un abrazo enorme virtual, que mañana te pienso dar en directo. Muchas gracias,pepe. Todo está bien. Mi madre está perfectamente, al final la dejan en el hospital hasta el domingo para darle medicación y esas cosas, pero está ya a tope...
ResponderEliminarAbrazo verde