Y es que no puedo decirlo de otra forma. La Pedra, nos refrescó cuerpo y mente el Domingo pasado tal como teníamos planeado. A mí en particular, las piernas concretamente. Y por supuesto, la mente. Lo necesitaba mucho. Limpieza de mente por unas difíciles últimas semanas, y preparación para lo que tenga que venir en el futuro próximo.
A hora muy temprana, hice la sesión de 95’ de rodaje. Por suerte, volvió a salirme una nueva rodada muy regular que me confirmó que le tengo cogido el paso al trote necesario para hacerlo bien sea por el tiempo que sea. Al menos, ya sé que hasta más de hora y media, puedo portarme bien si me lo propongo. A casa, ducha, y preparar las cosillas para la caminata senderil por la Pedra.
No fuimos todos. La mayor quedó en casa – dice que estudiando -, Miriam, que por suerte se apunta a todas sin problemas ni reparos, Isabel y yo. La idea era hacer senderismo por algún lugar nuevo para nosotros. En principio íbamos a subir a Canto Cochino y a partir de allí tal vez ir al Refugio Giner de los Ríos.
Conforme llegamos al aparcamiento que hay antes de llegar allí, nos gustó el lugar y lo tranquilo que estaba todo. No nos encontramos una Pedra sobrecargada de usuarios como otras veces. El mal tiempo, retiene a mucha gente que no sabe apreciar que un día nublado también es un día excelente para hacer senderismo. Chispeaba algo al llegar. No llevábamos chubasquero, pero nos la jugamos. Apostamos fuerte y ganamos. No nos cayó ni una gota el resto de la mañana. Sí nos cayeron unos pocos copos de nieve, pero pocos.
Cambiamos el Canto Cochino por seguir la ruta del Berzosillo, que ni conocíamos ni sabíamos a donde lleva. Hicimos unas cuatro horas de senderismo que no incluyeron completar la senda. Nos dimos la vuelta antes. Demasiadas paradas… mira ese pájaro… mira ese árbol… mira esa roca… voy a subir aquí (Miriam)… voy a subir allí… espera, que hago esta foto (yo)… escucha qué silencio (Isabel y yo). Pero aún así disfrutamos igualmente. En otra ocasión haremos esta misma ruta pero completa y desde abajo del todo, que es lo que le da encanto al senderismo. Esta vez subimos en coche hasta allí en contra de lo que es nuestra costumbre, porque no fuimos precisamente muy pronto.
Un pequeño detalle: subimos hasta una cota de 1330 metros.
A hora muy temprana, hice la sesión de 95’ de rodaje. Por suerte, volvió a salirme una nueva rodada muy regular que me confirmó que le tengo cogido el paso al trote necesario para hacerlo bien sea por el tiempo que sea. Al menos, ya sé que hasta más de hora y media, puedo portarme bien si me lo propongo. A casa, ducha, y preparar las cosillas para la caminata senderil por la Pedra.
No fuimos todos. La mayor quedó en casa – dice que estudiando -, Miriam, que por suerte se apunta a todas sin problemas ni reparos, Isabel y yo. La idea era hacer senderismo por algún lugar nuevo para nosotros. En principio íbamos a subir a Canto Cochino y a partir de allí tal vez ir al Refugio Giner de los Ríos.
Conforme llegamos al aparcamiento que hay antes de llegar allí, nos gustó el lugar y lo tranquilo que estaba todo. No nos encontramos una Pedra sobrecargada de usuarios como otras veces. El mal tiempo, retiene a mucha gente que no sabe apreciar que un día nublado también es un día excelente para hacer senderismo. Chispeaba algo al llegar. No llevábamos chubasquero, pero nos la jugamos. Apostamos fuerte y ganamos. No nos cayó ni una gota el resto de la mañana. Sí nos cayeron unos pocos copos de nieve, pero pocos.
Cambiamos el Canto Cochino por seguir la ruta del Berzosillo, que ni conocíamos ni sabíamos a donde lleva. Hicimos unas cuatro horas de senderismo que no incluyeron completar la senda. Nos dimos la vuelta antes. Demasiadas paradas… mira ese pájaro… mira ese árbol… mira esa roca… voy a subir aquí (Miriam)… voy a subir allí… espera, que hago esta foto (yo)… escucha qué silencio (Isabel y yo). Pero aún así disfrutamos igualmente. En otra ocasión haremos esta misma ruta pero completa y desde abajo del todo, que es lo que le da encanto al senderismo. Esta vez subimos en coche hasta allí en contra de lo que es nuestra costumbre, porque no fuimos precisamente muy pronto.
Un pequeño detalle: subimos hasta una cota de 1330 metros.
La nieve podía verse en las laderas del Yelmo, allí arriba...
La mañana tuvo incluida una sorpresa inesperada y sorprendente. Nos cruzamos con una pareja que bajaba. Iban acompañados de un cuadrúpedo peludo. En cuanto le vi asomar el hocico entre sus piernas se me encogió el corazón. Me di la vuelta para mirar a mi mujer que iba unos metros atrás con Miriam, y su cara era un poema. Se mordía los labios por no decir nada. Miriam soltó un grito increíble. No era para menos. Un perro de parecido físico idéntico a nuestra desaparecida Noa se acercaba hacia nosotros con ánimo juguetón. Cariñoso como él solo. Como si nos conociera de siempre. Me agaché, acercó su hocico a mi cara para lamerme, y no pude evitar abrazarlo con los ojos cerrados pensando en mi Noa. Se dejó abrazar. Luego con Miriam hizo lo mismo.
Si miráis la foto que encabeza este Blog, me daréis la razón en cuanto al parecido. Era igualmente un mestizo de Pastor Alemán de apenas un año. El parecido, repito que sorprendente.
¡Dios, qué momento! Casi se me saltan las lágrimas. Lo juro. La impresión era fuerte. No sé cómo lo hice pero conseguí hacerle unas fotos. Era idéntico a Noa salvo por la diferente corpulencia al tratarse de un macho. Con Whisky como nombre, los dueños le dieron a Miriam unas galletas de perro para que se las diera y que cogió dócilmente tras sentarse demostrando estar bien educado. Ella, encantada. No hay más que ver su cara.
Tras unos minutos de conversación con la pareja, continuamos nuestro camino. Mi mujer y yo, casi mudos. Miriam se lo tomó mejor. Sin traumas. Como se toman los niños estas cosas.
Con el paso de los minutos, la conversación con Isabel derivó por el momento de volver a tener un perro. Creo que el momento está cercano. Tal vez esperemos a que se cumpla el año de Noa, pero al menos ahora Isabel está más predispuesta. Se lo noté. Es posible que pronto haya de nuevo una peluda en casa.
La cara de Miriam lo decía todo
En cuanto a la caminata senderil, fenomenal. Sirvió para lo que queríamos que sirviera. Nos despejó, nos distrajo, hablamos, nos reímos, hicimos el ganso – yo más que mi hija algunas veces, lo reconozco -, tuvimos nuestro momento nostálgico gracias a Whisky, y tuvimos ojos para ver esos pequeños grandes detalles que te regala la naturaleza en forma de imágenes, sensaciones, colores, y olores.
La Pedra es rica en eso. La Pedra es Grande.
La Pedra es rica en eso. La Pedra es Grande.
Formas, texturas...
Colores...
Más colores...
Sí... definitivamente LA PEDRA ES GRANDE...
Y tuvimos el regalo extra de unos rayos de sol
que se colaron entre las nubes para darnos
ese momento luminoso y brillante que me dio
tiempo de capturar...
Sí... definitivamente LA PEDRA ES GRANDE...
Para ver mejor las fotos, podéis pinchar aquí: http://lucesysombras.mifotoblog.com/fotogaleria.php?galeria=80349
Pepe, tuvo que ser un día precioso, Con todas las fotos que pones y la forma de escribirlo, casi es como si hubiera estado yo también allí. Un saludo
ResponderEliminarCómo escribes, pepe. es que emociona leerte, amigo. Preciosas fotos.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
¡¡Graciaaaaaaaaaassssssss!!
ResponderEliminarA mí lo que me emociona es poder compartir todas estas cosas con quienes las entienden.
Un abrazo, amigos.
Cuando las cosas se disfrutan con el corazón salen entradas como esta. Gracias por compartir este momento con nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo!
Mi gran Pepe!! siempre te lo voy a decir, tienes un gran don (y muchos más!) ... la escritura! a la verdad que tus entradas son diferentes, muchos sentimientos, me encantan!
ResponderEliminarA seguir disfrutando con la familia.
bss
Tania
Muy emotivo, Pepe, una vez más. Haces que todas esas cosas parezcan muy cercanas
ResponderEliminarUn saludo
Pepe, me has hecho vivir y recordar mis tiempos en la Pedriza. Me alegro que hayas pasado un día genial con tu family.
ResponderEliminarUn abrazo
Que envidia Pepe, tuvo que ser un día fabuloso...no sabes las ganas que tengo de ir por el monte y con estas entradas y fotos me sirve de ayuda para resistir....
ResponderEliminarUn saludo
Quique
Hay un montón de sitios increibles cerca de Madrid que desconocemos y ese de la Pedriza me lo apunto. Y gracias por compartir las fotos de esa familia tan estupenda.
ResponderEliminarHola Pepe, tu sabes lo que es escribir con sentimiento?.
ResponderEliminarPues ni más ni menos que lo que tu haces y muy bien por cierto Pepe.
Que quieres que te diga?, pues que totalmente identificado con las sensaciones que describes en el post.
Tiempo al tiempo, pero tenemos que hacer una kedada por esa zona, creo que es un lugar que nos encata a muchos de los blogueros que vivimos por la zona de Madrid y alrededores.
Un abrazo Pepe.
Nuestra querida Pedriza
ResponderEliminarQue bonita es la Pedra, leyendo tu entrada podía respirar su fragancia. La ruta que hiciste muy bonita, la lastima que no llegastéis arriba, las vistas son espectaculares.
ResponderEliminarMe alegro que haya posibilidad de otro bicho peludo.
Un abrazo.
Muy buena caminata en familia, oxigenando el cuerpo y la mente.
ResponderEliminarQué buen plan Pepe! como bien dijiste una vez, no hay nada que La Pedriza no cure. Por cierto, ¿te animas este año al Cross de la subida al Yelmo? Preciosas fotos, un beso para ti y para tus princesas, me alegra saber que pronto volvais a tener un perrito
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