(Abro paréntesis)

No voy a negar que ando algo descolocado en todos los sentidos. A veces pasa.

La de hoy será la cuarta noche consecutiva que trabaje, y esto de vivir al revés no es fácil. De ahí mi silencio en el Blog. Aunque dentro de lo que cabe he procurado estar al tanto de lo conseguido por los amigos este gélido fin de semana.

Por eso quiero felicitar en primer lugar a los valientes de Aranjuez y Cercedilla. Valientes donde los haya. ¡Menudos ejemplares andáis sueltos por ahí! ¡Qué fieras!

También he tenido que tirar yo de valor, además de voluntad, esta semana de entrenamiento a la que he conseguido sobrevivir a pesar de un par de “tropiezos” en lo que al entrenamiento se refiere y muchas otras cosas ajenas a él que me desvían la atención constantemente. Entrenando a horas y temperaturas innombrables y robándole tiempo al edredón cuando lo más fácil era refugiarme en él. Pero conseguir esto me ha dejado mejor cuerpo si cabe.

Ha sido una semana en la que de continuo se han cruzado muchas cosas. Y digo cruzado por que inevitablemente unas cosas han influido en las otras. Seré tonto, lo admito, pero una semana después le sigo dando vueltas al encontronazo que tuve con el coincidente laboral y no me lo quito de la cabeza.

Sucede que tras alguna de las carreras a las que he acudido en lo que va de año, había quienes me preguntaban con interés qué tal me había ido. Me preguntaban con interés, con sinceridad. Cuando este individuo hizo lo mismo, pues le conté un poco cómo había ido la cosa. De pronto me di cuenta de que el tono que estaba empleando tenía de todo menos de sinceridad, de interés real. Entonces empezaron a lloverme los sarcasmos, las ironías y las burlas por lo que hago. Porque no era otra cosa. Y me molestó por picar como un auténtico pardillo. Y es que estas cosas duelen más aún cuando vienen de alguien de quien no te lo esperas. Creo que eso fue lo que más me dolió.

Espero que con decir esto me quite este tema de la cabeza de una vez por todas. Ahora es otro tema con el que me estoy comiendo el tarro. Es posible que no pueda asistir a la San Silvestre. Más que posible. No me cuadra con el horario de trabajo y no encuentro con quién hacer un trato para salir antes. Está realmente complicado.

Sí, ha sido una semana complicada… Pero he sobrevivido a lo más difícil: una semana de entreno en la que he superado los 50 Klm. de sesiones de todo tipo. Fuerza, aeróbico, rodaje… De todo tenía que haber y de todo ha habido. Días con ganas de tirar la toalla, días regulares y días buenos. De todo. Pero he dado los regulares por tan buenos como los buenos y nunca he arrojado la toalla por mal que me haya visto. Eso es de lo que más orgulloso me siento. No soy de tirar la toalla. Ver esa cantidad de kilómetros sobre el papel, en principio me asustó un poco, lo confieso. "¿Podré con ello?" pensé. Y he podido con ello. Otra cosa será lo bien o lo mal que lo haya hecho. Eso tendrá que ser el Mister quien lo dictamine. Veremos.



Ya están aquí las nieves. Ahora ya en serio y no los cuatro copos que cayeron el otro día. Parece que la nieve que le sobra a León nos la han mandado para acá con sello de urgencia.

Las calles han cambiado de color. El sonido al andar por ellas es diferente. A mí me produce un nudo en la garganta. No es algo que me guste especialmente ahora. Me trae recuerdos que no me son gratos. Recuerdos de momentos vividos que no podrán volver a reproducirse. Es pronto para que yo vea la aparición de la nieve como algo simpático y amable. Hay heridas que tardan en cerrarse. Seres especiales junto a los que disfrutabas de este manto blanco pero que ya no los tienes a tu lado para seguir haciéndolo y que ves cuánto los echas de menos. Y no se llame nadie a equívoco. Hablo de un ser de cuatro patas. Peluda ella, juguetona, cariñosa, fiel, y tantas cosas más. Nuestra Noa que dejó de estar a nuestro lado hace unos meses. No sé cuántos. Intento no contarlos.

Noa en Cotos el invierno pasado

Esta mañana cuando íbamos camino del colegio mi mujer y yo llevando a la pequeña Miriam, nos hemos mirado y no ha hecho falta nada más. Sabíamos de qué “hablábamos” y en quién pensábamos.

En fin, que creo que igual que la ciudad ha cambiado de decorado, yo también debo hacer algo para darle un nuevo giro al decorado de este Blog. Ya era hora. También mi cabeza necesita despejarse de perturbaciones que no hacen otra cosa que estorbar. Es momento de abrir un paréntesis y hacer borrón y cuenta nueva.

Lo importante es no perder el paso. Seguir adelante. ¡Siempre hacia delante! Luchar por lo que uno quiere a sabiendas de lo que a veces cuesta conseguirlo. Y si esto incluye luchar contra molinos de viento y la incomprensión de algunos individuos, pues a por ellos también.

Hoy es Lunes y empiezo de nuevo. Tomo nuevo impulso. Y además mañana me toca librar. Creo que eso también me ayudará.

Y por favor, que a nadie se le ocurra pararme. ¡Que no me pare nadie!
Don’t stop me, don’t stop me… ¡¡ Don’t stop me now !!

Queen, siempre incombustible.