Las cosas en su justa medida. Igual que al mar, a La Pedriza hay que guardarle su debido respeto y prudencia. Siendo así nos pagará con agradecimiento, cualquier satisfacción que busquemos al disfrutar de ella. Y digo respetar en el sentido de ser celosos en el cuidado de su entorno, por supuesto.
Siendo así La Pedra, cumple con creces, cualquier expectativa con que vayamos a visitarla.
Ayer Sábado fue uno de esos días. Le deseo a Miguel que le haga hoy como mínimo tan buen día como nos hizo a nosotros ayer. ¡Estuvo genial! Algo cubierto y fresquito al llegar, pero luego el sol se fue colando un poquillo dándole a la Pedra ese encanto especial que nosotros, sus fieles le sabemos sabemos apreciar.
Todo ello, con el añadido de la poca afluencia de público, que lo hace todo mucho más tranquilo y apacible.
Paseo nuevamente por la senda Quebrantaherraduras hasta llegar a la Meseta de Cantocochino. Esta vez la hemos hecho completa. Hasta el final.
Isabel, Miriam (la pequeña) y yo. Ana se quedó en casa. Tenía agenda social con sus amigas. Un cumpleaños.
Y siempre, siempre, echando de menos a la peluda. A la inquieta Noa, que siempre nos acompañaba en estos paseos, por la Pedriza. Subiendo, bajando, corriendo, escalando, o chapoteando en las aguas del río. Se la echó en falta. Desde que se nos fue en Mayo, siempre que vamos a La Pedra nos pasa lo mismo.
Noa para siempre con nosotros.
Miriam, desde que no tenemos a Noa,
no se separa de su perrito de peluche.
Una especie de talismán que la sirve para
cubrir la ausencia de Noa.
Dice que la recuerda a Noa tal como era
cuando entró en casa.
Se lo lleva a todas partes.
Por la noche duerme con él.
Nos hemos movido por sitios que nunca habíamos pisado. Hemos estado más cerca de la roca madre de lo que habíamos estado nunca. Hemos llegado a ver por primera vez en los años que llevamos yendo a la Pedra – y son muchos -, el cartel que indica por dónde llegar al Refugio Giner de los Ríos. Y eso sólo lo conocía por las indicaciones, refrencias y mapas de ruta de Miguel. Ese será nuestro próximo objetivo.
Es incansable.
Posteriormente en una segunda entrada detallaré más. Valga esto sólo como anticipo.
Un fiel pedricero.
En cuanto al entreno, hoy haré los 70' progresivos establecidos en el plan. No me machaqué ayer como para no hacerlos. Fue puro paseo de relax a pesar de que neto, hemos tardado menos y hemos llegado más lejos que la última vez que nos quedamos a medias. Miriam se ha portado como una jabata. Y a Isabel no le hace falta mucho para llevar un buen paso. ¡Muy bien las dos!
¡Una buena jornada de campo, monte y senda!
¡Una buena jornada de campo, monte y senda!
PD: En mi fotoblog pueden verse algunas fotos más de las que hice ayer:
tiene muy buena pinta la Pedriza Pepe, seguro que ademas de recrear la vista y traerte recuerdos de Noa, te abre los pulmones y ademas os impregnais de su espiritu jugueton que compartio por esos lugares. Yo me crei incapaz de volver a pasear por los mismos lugares que mi Baby, pero me sorprendi a los pocos dias paseando por alli y sintiendolo.
ResponderEliminarQue bonitas fotos. Y tu hija es preciosa, me da que va a llevarse bien con mis dos mujercitas. Luego comentaré en mi blog, al final he ido a Alcalá de Henares....
ResponderEliminarBuen paseo si señor,me alegro que disfruteis de la Naturaleza.La Pedriza es sin duda uno de los mejores lugares para ello.Un saludo.
ResponderEliminarQué maravilla de sitio. Es perfecto para desconectar y sentirse de nuevo en conexión con la tierra. Muy bueno el post. Abrazos.
ResponderEliminarPero qué bien acompañado! y menudo paseo más estupendo! me alegro que pasárais un buen día, besotes Pepe y que vaya igual de bien el entranamiento, mua
ResponderEliminar¿Qué buen día no? buen paisaje, buena compañía...el entrenamiento se ve que evoluciona
ResponderEliminarYa te vas acercando a la verdadera Pedriza, la Pedriza agreste y mágica que tanto enamora, ya verás cuando empieces a profundizar bien dentro de la "roca madre" como tu dices. Me pasaré por tu fotoblog a ver las fotos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bonito post!!
ResponderEliminarsigues dandome envidia con esas salidas a la montaña que nosotros ultimamente tenemos un poco abandonadas... Siempre es buen momento para encontrarse con la roca madre (me gusta esa expresión!!!!)
No he podido reparar en un detalle... nada más entrar en tu blog me he asomado al contador de 160 días para MAPOMA y bajando... Me ha saltado un respingo de ilusión, de nostalgia de cuando nuestro contador navegaba por esas cifras... y por que no... de envidia... con la experiencia que da el haberlo vivido ya, se toda la ilusión y felicidad que te van a deparar esos 160 días únicos e irrepetibles. Disfruta cada momento, cada instante. Todo lo que te queda va a ser muy bonito.
Un abrazo!!
Hola Pepe, seguro que te oxigenaste muy bien en la pedriza y ahora tienes reservas de sobra...Que ganas tengo yo de pisar el campito...
ResponderEliminarMuy guapas las fotos.....
Un saludo
Quique
Juan Luis, sé lo que me dices. Hay ciertos sitios que yo aún no he pisado con comodidad. Es que ni voy. No puedo. Otros, no tengo más remedio que pasar por ellos y mal que bien, lo llevo.
ResponderEliminarLa primera vez que fuimos a La Pedriza sin Noa fue muy difícil. Mucho. Yo la sigo "viendo" correr entre los pinos o chapoteando en el río.
Es triste pero tenemos que superarlo por mucho que nos duela.
Zapatoveloz, Germán, volver a la naturaleza se hace necesario cada poco tiempo. Es una terápia inmejorable. Mi familia y yo lo hacemos con frecuencia.
ResponderEliminarAlex, Celina, Quique, cargar los pulmones de oxígeno está bien. Se crea una buena reserva y vuelves como nuevo. ¡Y además es gratis!
ResponderEliminar¡Miguel! ¡Qué alegría verte por aquí! Lo hago, lo hago. Cada paso, cada pequeño logro, es un difrute para mí.
ResponderEliminarMister, te ha gustado lo de la roca madre ¿eh? :-) Has entendido bien lo que quería decir con ello. Estoy loco por conocer muchos rincones del meollo de La Pedriza. Quiero descubrir los encantos que encierra el corazón de nuestra querida Pedra. Poco a poco se andará el camino para eso.
Siempre, a pesar de ir allí, la veía como algo lejano pues sólo nos movíamos por los senderos y los alrededores de La Charca Verde, pero nunca nos hemos adentrado en ella. A partir de ahora lo haremos.
Abrazos para todos.