jueves, 29 de septiembre de 2011

Amanece, que no es poco.

 Este es el amanecer que pude ver ayer tras hacer un recorrido de 12,3 kilómetros a las 5:50 de la mañana. En el ángulo superior derecho del trazado es donde está la Meca del buen correr. Allí pude ver y saludar brevemente al Mister que entraba a trabajar. Para mí era el punto de retorno a casa por García Noblejas y Fuente Carrantona tras pasar por mi servicio para dar los buenos días a mis compañeros que me vieron pasar con la boca abierta.
Después de esto, me acerqué a Collado Villalba para adquirir el material necesario para iniciarme junto a Luna en el aprendizaje de la actividad del Canicross. Esto fue en la Clínica Veterinarea que allí se encuentra y que patrocina al Club de Canicross Correcaninos de La Pingúina Veloz.
La atención que me prestaron fue exquisita. Las pruebas con diferentes modelos de arnés no fueron pocas. La señorita Luna, debido a su tamaño, resultó más difícil de "vestir" de lo esperado. Un arnés, salida a la calle a trotar para probarlo. Otro arnés, igual. y otro y otro... Por fin dimos con el más a adecuado.


Alguien que la vió correr (siempre delante) me preguntó que si Luna ya había corrido antes. Debidamente equipada, le dije que no, que era la primera vez. "Pues parece que ya lleva tiempo haciendo esto", me dijo. Y la verdad es que sí. A mí mismo me sorprendió el desparpajo del que hizo gala ayer.



RECAPITULANDO...
Es difícil saber por dónde empezar para retomar un Blog que lleva inactivo dos meses. No sé ni en qué momento o por qué dejé de lado el Blog para prestar más atención al Facebook que a este Blog al que tanto quiero y en el que tantos amigos tengo, pero de aquí a Mapoma 2012 no volverá a ocurrir. De modo que, con la sesión de ayer y con el Canicross y el Medio Maratón de Montaña de Somosierra del próximo 23 de Octubre de fondo, me pongo manos a la obra. Puede ser una buena dorma de hacerlo.

Sobre todo en el proyecto de Somosierra, tengo puestas muchas ilusiones. Celina, Bea y Carlos, a buen seguro, se encargarán de darme los empujones necesarios para cumplir con el reto.

Me queda por decir que el parón - enésimo parón -, no se ha debido de ninguna manera a inactividad alguna. De hecho no he parado en todo el Verano. Corriendo o practicando senderismo, he tenido semanas de tres, cuatro y de hasta cinco sesiones. Conmigo no va lo del "fin de temporada". En ningún momento he seguido un plan de entrenamiento como normalmente se entienden los planes. He sido muy anárquico. Nada de series y saliendo a correr por correr. Durante mucho tiempo, incluso sin pulsómetro. Mirando nada más que las distancias y con comodidad y sin exigencias.

En cuanto a la sesión de ayer, me eché a la calle a las 5.50 de la mañana. Oscuridad total. Terminé de correr y aún no había amanecido. Lo hizo a mi regreso cuando saqué a Luna a dar un paseo. Salí con la idea de hacer al menos una hora de C.C., y me salió 1:23 para 12,3 kilómetros a una media de 6:44 - como dije antes, sin exigencias, tratando de mantener un mínimo de forma -. Ritmo constante y cómodo en todo momento. Pulso medio 167ppm, pulso máximo 176ppm. Se trataba de llevar un ritmo y de hacer kilómetros.

Quizá debería decir también, que este año en cuanto a competiciones, la temporada ha empezado para mí con la Carrera de la Melonera. En el Mapoma de hace dos años mi primera carrera fue la del CSIC.



No fue una buena experiencia la de La Melonera. Tardé 1:25 en cubrir los 10 kilómetros bajo un sol de injusticia. Tengo comprobado que corro bien con calor pero sólo cuando estoy debidamente mentalizado. Si no, soy hombre muerto. Y eso es lo que me ocurrió en esta carrera. A partir del kilómetro 4 más o menos, vi claro lo que iba a ocurrir. Desastre total. Fue de las carreras que termino más por orgullo que por fuerzas. ¡Y eso que el trazado era decendente y nada incómodo! Pero no estoy acostumbrado a carreras a las 6 de la tarde y con temperaturas rondando los 34º. De todas formas no la tengo en cuenta. No me vale como test de lo que realmente sé que tengo en las piernas. Así quiero ver la experiencia de La Melonera.

Valga el gráfico de esta carrera como testimonio de lo que he explicado:

Lo pasé realmente mal. Está claro. Un corre-camina agónico con kilómetros de hasta 10 minutos.

En fin, ya sólo me queda saludar a los amigos que aún pueda tener por aquí. Nos seguimos viendo.
¡¡A correr!!