jueves, 29 de diciembre de 2011

Surfeando crestas con Celina



No hubo dolor, no hubo agobios ni angustias. No hubo "¿cuánto faltará para que termine este quinientos?". NO hubo nada de cuanto pudiera haber imaginado previamente a este entrenamiento de calidad con Celina. Sólo disfrute, alegría y mucha ilusión por lo conseguido. Me presenté, todo sea dicho, con los nervios que no llevo a ninguna carrera. Ayer estaba muy nervioso. El compromiso era grande.

Entrenando con Celina y dejándose guiar por ella, el disfrute está asegurado. No imaginaba ni por asomo poder hacer más allá de media docena de repeticiones. No desde luego, si las hacía tan mal como la semana pasada. Pero Celina no me iba a dejar cometer los mismos errores. Y no sólo hicimos seis, sino que hicimos nada menos que diez, dejando la puerta abierta para la docena en próximas ocasiones.

Hubo sprint de alegría al final, en la última. Celina me avisaría veinte metros antes de terminarla, así me lo dijo, y ahí me lancé yo para celebrarlo. "¡Adelante, Pepe!" Y ahí se lanzó Pepe a un sprint a degüello, a velocidad de 3:01. Ese Pepe no era Pepemillas. Era otro Pepe transformado. Fue increible la sensación de volar esos metros. ¡Qué maravilla! Quiero más entrenos como este. Trabajando a unas velocidades y a unos pulsos desconocidos para mí. Y siempre con sensación de entereza y de poder aguantarlo.
 
Pero todo esto, conseguido gracias al estímulo de Celina. No me quedan palabras ya para definir lo que es esta mujer. Hay que estar a su lado para saberlo. Celina, muchísimas gracias de nuevo. Ha sido más que un placer. Me has enseñado a volar, a surfear crestas y a dibujar paisajes montañosos en mis gráficos. ¡¡Y en la Casa de Campo nada menos!!

Por cierto, ha sido el primer entreno de prueba de las Zigtech. De momento no puedo decir nada malo de ellas. Al contrario. Según vaya haciendo kilómetros iré comentando más. 

Getafe, allá voy... Pero primero La Sansil de Vicálvaro. Última carrera del año, y a pasar página, que empezamos el cuaderno nuevo de 2012. Esperemos que sea con buena letra.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Asignatura pendiente

 Hoy toca meditar. Ayer se confirmó una vez más que no sé hacer series. O hago andando las dos primeras, o no llegaré nunca a la media docena.
Con intención de hacer 6x500, ayer tuve que dejarlo en 4x500 habiendo llegado a mi umbral en la tercera. 2:48 2:28 2:01 y 2:04, esta última sacando a pasear el higadillo.
Con recuperación de 2:30 entre series.
Recuperé 39 pulsaciones en 1 minuto.
Hay algo que no hago bien, pero de lo que estoy seguro es de que simplemente no sé regular y no soy consciente de ello mientras me desplazo. No percibo ir lo rápido que no debería ir. Sigue siendo una de mis dos asignaturas pendientes, y creo que con dos, no se pasa de curso. O espabilo o... no sé...
Y me da igual que las series sean largas o cortas. De 100 0 200 se me da mejor, pero a partir de 500, estoy perdido. Trataré de ir más lento desde el principio la próxima vez, por ejemplo.
Otra cosa cierta es que no me gustan las series ni la pista, pero soy disciplinado y si hay que hacerlas, se hacen. No las hago con desgana, pero no las disfruto. Me gusta más correr en línea o subiendo y bajando cuestas.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Strands Fitness cesa sus actividades.


 Haciéndome eco de lo que ya sabéis muchos, os cuento que...
Usuarios de Strands Fitness:
Como ya es sabido, esta página cierra su actividad el próximo 31 de Diciembre.
Para tranquilidad de todos, ya hay una alternativa en marcha, rematando flecos, y con la intención de tener las mismas prestaciones a las que estamos acostumbrados, que podéis ver aquí:

http://fitness.strands.com/marcosjouron/posts/26455845
Si estás interesado, sólo tienes que exportar tus entrenamientos en el enlace indicado y enviar correo a la dirección indicada con tus datos personales, y se pondrán en contacto contigo en el momento en que el proyecto ya esté en pleno funcionamiento.
El esfuerzo de Los Chicos de la Tapia, que son quienes la gestionarán y quienes la están generando, es encomiable. De nota.
 


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Rodando en territorio GGM

Tras pasar ayer un día muy crudo a base de dieta blanda, por culpa de una gastroenteritis severa, hoy he entrenado mejor de lo que esperaba.
A fuerza de arroz, pavo y no sé qué cantidad de manzanas que me habré comido, la he cortado de raiz. Imagino que ahora me habré pasado al otro extremo. Veremos. Desde luego las tripillas hoy se han portado fenomenal.

Pretendía que fuera un rodaje suave de al menos una hora o 10 kilómetros mínimo. Ha sido ambas cosas. El plan inicial era quedar con Jan para el Retiro, pero sin saber cómo me iba a levantar ha habido que improvisar. Ha sido verme bien conforme pasaban las horas y ver el sol radiante que entraba por la ventana lo que me ha estimulado a salir.

El rodaje suave que pretendía ha terminado siendo más aeróbico que suave, pero lo doy por bueno. Hoy mis piernas estaban aceleradas. Tienen inercia propia y se me ponen a 5:15 - 5:30 casi sin darme cuenta. He tenido que echar el freno varias veces y ni así. Y teniendo como telón de fondo el terreno de Faunia, no me interesaba ir quemando inutilmente energías que luego me podían hacer falta.

 Me he ventilado un Faunia completo más los kilómetros de ida y vuelta, rematando dentro del parque forestal junto al carril bici. Una maravilla. Creo que es la primera vez que hago un Faunia con la tranquilidad que lo he hecho hoy. Ni la cuesta a izquierdas que hay al final de la ida me ha asustado. A ritmo, por supuesto, nada de velocidades extremas, pero con autoridad, dosificando, y ajustando los ritmos según el momento. Muy bien, muy contento.  



En números 10K en 1:04:38. Media de 6:28 Pulso medio 161. Máxima velocidad en el sprint final 4:06. Los mejores sprints me los guardo para las competiciones, jejeje... Ya sabéis, tipo San Martín de la Vega, etc... Otra vez, perdona Jan. ;-))


Hoy no hay fotos extras. No llevaba la cámara y lo siento. La zona de Faunia estaba preciosa.


Son unos 2.400 metros. En hacer la ida (rojo) he invertido 8'30", y en hacer la vuelta (verde) 6'46".

sábado, 3 de diciembre de 2011

¿Puede ser que esté en el camino?

Así se presentaba la mañana a eso de las 8:30 
a la entrada del parque.
Sábado 03-Diciembre-2011

Llevaba días dándole vueltas a ciertas sensaciones que me transmitían las piernas en los últimos entrenos. Puede ser que parte de la culpa la tengan dos complementos que he añadido de un tiempo a esta parte a las sesiones. Diariamente hago algo de gomas y entre 20 y 30 minutos de Steeper en casa. El caso es que entrenando con Luna es como más me daba cuenta de estas sensaciones tan agradables. Ahora las quería probar en solitario.

Las sensaciones, buenas por supuesto, las tenía sobre todo en la parte final de las sesiones. "A mis piernas les pasa algo" - pensaba. Muy sueltas, muy guerreras. Menos fatiga. "Te están pidiendo marcha" me decía Celina el otro día. Y hoy he dicho: ¡Vamos a darles marcha! Y me he propuesto a mí mismo un entreno corto pero intenso, en el que en la parte final, vamos a dar cera como pocas veces, tratando de mantener un ritmo que para mí es alto el mayor tiempo posible. Con reespeto pero sin miedos ni complejos. Si sale, bien. Si no sale, pues a seguir intentándolo.

Salí de trabajar a las 6:30. Al llegar a casa he remoloneado bastante, lo confieso, con el desayuno. He tenido tiempo hasta para chatear un poco via móvil que también salía a entrenar. Al final no he salido hasta las 8:30.

Recorrido: la zona por la que ultimamente entreno con Luna. Plan: Entreno corto pero intenso. Ritmo vivo y progresivo con algo de cuestas y algo de fuerza.Y la cosa ha salido así:






Me salió clavado el entreno de intensidad que quería. Es un gustazo cuando las cosas salen como uno planea. Traducido a números, que nunca lo son todo, 6:18: - 5:58 - 5:52 - 5:47 - 5:45 - 5:02. Como digo, en terreno tipo cross, combinando cuestas que a cada vuelta iba subiendo a más velocidad - 5 repeticiones -. Y luego rematando el último kilómetro a ritmo de batucada. Hoy llevaba mi mp3 con una buena colecciónde música estimulante. ¡Ah! ¡Y sin la colaboración de Luna!

Con estos números, de cara a San Martín de la Vega, la boca se me hace agua. Pero con todo, lo que más me llena es ver esa media de pulso que se "empeña" en no pasar de 158-159 desde hace un tiempo. Eso sí que me gusta.


Al terminar una profunda paz interior se apoderó de mí. Satisfecho. Muy satisfecho.

Mañana, muy probablemente al Retiro. Pero muy pronto. Sobre las 7:15 de la mañana. Con intención de hacer una hora tranquila. 


jueves, 1 de diciembre de 2011

Cuerpo a cuerpo




Ellos son muchos. Son más que yo. Pero están en desventaja respecto a mí. Ellos son estáticos y no piensan. Yo sí. Me desplazo y pienso. Calculo, planeo y dirijo mi propia estrategia frente a ellos.

Son muchos, pero su estrategia es pobre. Siempre la misma. No cambia nunca. Siempre están en fila, uno detrás de otro. ¡Ay de mi si me rodearan! Entonces... entonces sí que estaría perdido. Pero no, siempre en fila uno detrás de otro...

Yo, con mis carencias, pero con mi voluntad, y con las que me llevan y me traen, en el cuerpo a cuerpo, me siento invencible. Y así, uno tras otro, en el cuerpo a cuerpo, los voy venciendo, los voy tumbando, van cayendo a mi paso. Y para cuando se quieren levantar, yo ya me he ido. A por el siguiente...

Son muchos. Más que yo, y las que me llevan y me traen. Pero sean seis, diez. doce, veintiuno, o... cuarenta y dos... siempre están en fila. Y al final, todos caen. Porque yo puedo. Porque no me rindo. Porque en el cuerpo a cuerpo, soy invencible.

Ellas, las que me llevan y me traen, me quieren más de lo que me merezco, y dentro de mí, el corazón que me impulsa. Esas son mis armas y en ellas confío.

Y meditado esto, mientras me calzo las zapatillas, anudo los cordones y le pongo el arnés a mi Luna, me dispongo a salir a trotar. Hoy seré más invencible. Hoy llevo refuerzos.

Nota para César: Somos casi vecinos. No me importaría encontrarme contigo algún día por Las Siete Tetas, por ejemplo. Por tus rodajes de 7 minutos, no te hagas de menos. Este que te escribe es de 6:30 cuando no está inspirado, jejeje... Ahí te dejo la oferta.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Comparaciones odiosas no, pero necesarias, sí.

Escenario: Medio Maratón de Moratalaz.
Comparación: No la hago sólo por mí, sino también por el compañero David.
Creo que estará de acuerdo con ella.

Noviembre 2010
David y yo entrando en la meta de
la prueba corta.
Yo iba para hacer la media. A los 4 ó 5 kilómetros
desistí de ello. No me encontraba y además hice
el burro en la salida, quemando un combustible 
que yo no me puedo permitir.
No sé ni cómo pude llegar a la meta.
Creo que si no tengo a David al lado, no lo consigo.
Noviembre 2011
Somos los mismos. Aunque no lo parezca.
Y para más inri, ambos hemos hecho el 
Medio Maratón completo.
Más kilómetros, más cansancio, más sufrimiento...
Viendo esas caras, cualquiera lo diría.

Lema del Mister: "Es que cuando las cosas se hacen bien,
y se cree en ellas..."
PD: No sé si es su lema, pero seguro que lo piensa.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Levantando el vuelo a Mapoma 2012


Tras una semana aciaga de trabajo en la que la actividad se redujo a tres modestas sesiones sin nada que destacar, y recompuesto ya el cuerpo, ayer retomé los entrenamientos con una sencilla salida de algo más de 5 Kilómetros por mi barrio.

 Registro del entreno según el Polar.

Bajo una leve cortinilla de chirimiri - esto es lo más que me he mojado hasta ahora entrenando. La lluvia en serio aún no me ha pillado -, he cubierto el recorrido en 35'14" a una media de 6:40 y con un pulso medio de 158ppm. Ligeramente algo más rápido que los 5 Kilómetros que hice el otro día en Alcalá de Henares (7:08), pero sin proponérmelo. Ha salido asi y punto. No llevaba idea de hacer nada especial. El caso era mover un poco las piernas ya de una vez. Estuve un poco tocado con algo de fiebre por las noches de frío y agua que pasé trabajando la semana pasada, y el agotamiento físico y mental también hicieron estragos. No me sentía persona.

A partir de hoy Miércoles, empieza el trabajo en serio con las zapatillas.

Tramitando inscripciones para la Sansilvestre Vicalvareña y el Trofeo de Navidad de San Martín de la Vega.
Sigue en el tejado y con dudas, la Carrera de Cercedilla del 18 de Diciembre y la correspondiente Comida de Navidad del Club Atletismo Caprus. Espero que todo quede resuelto en los próximos días.

martes, 15 de noviembre de 2011

Resaca del Medio Maratón de Moratalaz


Como dice mi amigo Manuel, pocas veces
una fotografía ha plasmado tantas emociones.


Esta fotografía de la mano de Pedro Pablo, compañero del Club Atletismo Caprus, resume muchas cosas. Y también va a marcar un antes y un después. Quisiera que fuera el final de otra etapa y el inicio de una nueva que comienza ya mismo.

Estoy ya oficialmente en el camino de lo que yo seguiré llamando Mapoma a pesar de los cambios que le quieren dar en aras de "modernizarlo". Mapoma 2012 me espera y ya he empezado a dar mis zancadas hacia él. Y estoy contentísimo por ello.

Jan, de nuevo muchas gracias por llevarnos a Manuel y a mí sobre ruedas los primeros diez kilómetros de esta carrera. Mandando, templando... ¡¡Eres un maestro, socio!!

domingo, 13 de noviembre de 2011

XXXV Medio Maratón de Moratalaz 13-Nov-2011

Caprus and Company se han hecho ver en Moratalaz
en una mañana preciosa y luminosa como estaba previsto.
El tiempo también ha acompañado fenomenalmente bien.

Mañana de Domingo genial. Infinidad de saludos y encuentros con amigos y conocidos por todas partes. En carrera, antes y después.
Inmejorable compañía hasta el K10 con Jan y Manuel - Motivación Runner -. De ahí hasta el final, solos Manuel y yo para pelear con lo que quedaba. Jan se bajó del autobús por serias molestias en la espalada.

Hubiera acompañado encantado a Merce, que era la idea inicial, pero el 1:55 que se había marcado como objetivo, no era mi tiempo. No esta vez. No hubiera cumplido mi objetivo que era terminarla. Más aún sabiendo que al final el 1:55 fue 1:50. Entonces estoy seguro de que no hubiera podido.

Mercedes, eres una fiera. Te felicito de corazón. Eres una leona disfrazada de cabra. Miguel, vaya trabajo el que haces con cada uno de nosotros. Gracias, Míster.

Hicimos los primeros 10 K en 56' según le oí decir a Manuel. Me sorprendí con eso y tampoco esperaba que la segunda mitad fuera mejor. Tampoco sé cómo pudimos hacerlo porque siempre fuimos a ritmo de tran-tran. Pero no entraba en los planes apretar en la segunda mitad, que es como suele hacerse. La meta seguía siendo terminarla. Mis sénsaciones no me hablaban de poder pegar ningún tirón en mi ritmo.

Gracias Jan, por marcar los ritmos en todo momento para dosificar las fuerzas. Fundamental para amarrar los 21 kilómetros de la carrera. Gracias, Manuel por la infinita paciencia que has tenido conmigo en algunos momentos flacos. Creo que me has dicho que era tu cuarto Medio Maratón. Y te he visto tan fresco y terminar tan feliz, incluso asegurando que la repetirás, que tu felicidad también la he hecho mía.

Momentazo de la mañana, y sin desmerecer los muchos que he vivido a lo largo de ella, y que no han sido pocos, el que he disfrutado a la altura del K18, antes de rodear la Comisaría, Manuel me advierte que alguien me saluda desde la acera. Miro... ¡¡¡y era mi mujer!!!  ¡¡Dios!! ¡¡¡Se me aflojaron las piernas!!! Sin poder decir nada, por que me temblaba la voz, sólo pude tirarle un beso. A la vuelta, ya por ese lado, me acerqué para darle un beso. Es todo lo que pude hacer. No me salía nada. La emoción me tenía atenazado. ¡¡¡Vamos gordo, que tienes que terminar!!! Volví al lado de Manuel y seguimos adelante. Entended que es la primera vez que me ocurre esto. Nunca he tenido cerca a los míos en ninguna competición.

Quedaban los tres últimos kilómetros. Los más bonitos. Los que te llevan a Meta. Pero sabía que no iba a poder lucirme. Estaba muy tocado. Terminar seguía siendo la prioridad. Y al menos tenía la seguridad de que ibamos a terminar sonriendo. No hemos entrado esprintando, no había fuerzas para ello. Solo para salvar la honrrilla de terminarla. Pero hemos terminado muy, muy satisfechos y muy, muy contentos.Objetivo cumplido.

El año que viene, volveremos. Y entonces, el propósito será otro muy diferente. Estas cosas son así, pasito a pasito.

La de Moratalaz no es una carrera que le guste fácilmente a quien la hace por primera vez. A Manuel le ha encantado. Me alegro infinito de eso. Es un buen guerrero del asfalto.

El tercer tiempo, el de las risas y las cañas acompañadas de raciones variadas, también ha tenido su miga. Completísimo.

Y yo, me alegro de haber hecho por fin, si no una crónica, al menos un apunte de una carrera en el tiempo que hay que hacerlo.

Hoy he vuelto a ser muy feliz. Próxima parada, Carrera de Navidad de San Martín de la Vega. Al saber que la va a correr Jan, me he animado a hacerla. Otra que también hice de camino a Mapoma 2010.

A falta de tiempo oficial, 2:08:14. A una media aproximada de 6:06. Me sigue gustando correr.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Penúltima sesión hacia el 1/2 M. Moratalaz.


Anoche, a temperatura más que agradable, y disfrutando todo lo que uno es capaz de hacerlo, penúltimo entreno por el trazado del Medio Maratón de Moratalaz.

Saliendo de casa, el objetivo esta vez era ir a la busca de las dos últimas cuestas de la carrera y los dos últimos kilómetros que te llevan directamente a la entrada del Polideportivo para cruzar la línea meta. En total, unos 6 kilómetros en plan turismo, excepto una pequeña diversión que me regalé rematando a ritmo de esprint la subida de Hacienda de Pavones hacia García Noblejas.

Desde ahí, los dos últimos kilómetros de la carrera rodeando la Comisaría, luego García Noblejas y por último Luis de Hoyos Sainz hasta el final. Una parte de Luis de Hoyos Sainz que me resulta inspiradora, es la paralela al parque. ahí podré volar un poquito si me veo bien y sin cebarme para encarar el tramo llano de la misma calle y que te lleva al Polideportivo.

Ya está casi todo el pescado vendido. Este era el tramo de esta carrera que me quedaba por refrescar en la memoria de mis piernas, Sólo queda hacer unas rectas cortas y rápidas hoy, y mañana, tal vez un poco de bici al estilo de Celina. A ver si se me pega algo de ella, caramba.

Punto de encuentro - Medio Maratón de Moratalaz

Me tomo la libertad de proponer como punto de encuentro para el Medio Maratón de Moratalaz del próximo Domingo 13 de Noviembre 2011, el la esquina señalada en el cruce de las calles Fuente Carrantona y Luis de Hoyos Sainz.

 Esto fue en 2009 y con Mapoma 2010 
en el punto de mira.
¡¡Dos años ya!!

Es un lugar cercano a la salida y que ya anteriormente nos ha servido como referencia en otra edición en la que recuerdo que estaba Quique, que esta vez no estará con nosotros.

Esto, a menos que alguien proponga otra cosa.

¡¡¡Nos  vemos en Moratalaz!!!

De lujo por El Retiro con mi hija Ana

Recorrido aproximado del trazado ideado
por mi hija Ana Isabel para correr por El Retiro.

Tres días marcados por tres palabras: felicidad, sobresalto y tranquilidad. Aunque esta última sólo sea aparente y momentánea.
El Martes, felicidad. Entrenamiento compartido con mi hija en el Parque del Retiro.
El Miércoles, sobresalto desde primera hora de la mañana por el estado de salud de mi madre, que nos pone a todos en vilo y con el corazón en un puño.
Hoy Jueves, tranquilidad momentánea dada la forma de remontar de mi madre para sobreponerse a unos síntomas que hacía pensar en lo peor. En general ha pasado el día bastante bien y sin las complicaciones que ayer la tuvieron contra las cuerdas.


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 Ya el Domingo, mi hija Ana Isabel me dejó caer que tenía ganas de que volviéramos a hacer entrenos por El Retiro. No lo veía como una cosa inmediata, sin embargo, quería que empezáramos el Lunes, pero ese día cuando llegué del trabajo, estaba ella que se arrastraba por los suelos con los síntomas de un resfriado del quince. Ni se me pasó por la cabeza que el Martes me propondía esa salida. Pero lo hizo. Sin estar del todo bien, estaba dispuesta a que fueramos a correr."Papá, ¿nos vamos al Retiro a correr?" Me dejó a cuadros.
Por otro lado, yo tenía pendiente quedar con mi amigo Manuel Moreno Villares - Motivación Runner -, para correr por allí. Es su zona. Pensé que podría matar dos pájaros de un tiro si se unía a nosotros. Era la oportunidad de conocerle, que ya tengo ganas. Aunque ya empieza a parecer que le conozco de siempre. Pero era demasiado tardepara avisarle. Alrededor de las diez de la noche no se puede llamar a alguien para decirle "¿Te vienes a correr?"
Y allí que nos fuimos. Aun no estando del todo bien, 5 kilómetros se metió entre pecho y espalda mi hija, codo con codo conmigo. A ritmo más que tranquilo, pero que en su estado, me pareció más que admirable. Al menos no tenía fiebre, pero esos bronquios no andaban muy católicos. Impresionado me dejó. Casi tres cuartos de hora de carrera contínuna y a ritmo constante por una ruta inventada por ella que es una gozada. Me la tengo que grabar en mente, porque es una delicia. 
Lo que no sabe ella - bueno, un poquito sí -, es lo que disfrutaba yo a cada zancada junto a ella dejándome dirigir a cada giro por donde ella quería que fuéramos. Correr con tu propia hija es algo que... es difícil de explicar.
El espíritu de Sonia y de Satur, su padre, volvió a flotar en los jardines del Retiro. La veo tan contenta, tan entera, haciendo algo que no todo el que no corre habitualmente es capaz de hacer, que se me caía la baba. Y yo era el afortunado que estaba a su lado para verlo y para vivirlo.
Fue capaz de encararse hasta con un trozo de la cuesta del Ángel. La digo: "Mira Ana, esta es la cuesta del Angel". Me contesta: "¿Ah, si? ¿Y qué?" Y yo... "No nada, déjalo, ya te lo contaré otro día"

Perdóname si puedes, Manuel. Te prometo que habrá más oportunidades.
Un fortísimo abrazo. 



martes, 8 de noviembre de 2011

¿Evolucionando cual Pokémon?


No, no corro más rápido. No tampoco llego a ningún sitio en menos tiempo que antes, que viene a ser lo mismo. Ni subo cuestas igual que las bajo. No van por ahi los tiros.

Creo que he empezado a valorar los entrenamientos por otras cosas de más importancia que la velocidad. Sigo buscando correr mejor, que es por donde creo que hay que ir. He llegado a la conclusión de que cosas como la seguridad, y la confianza son más importantes.Dadas mis limitaciones para la velocidad, creo que debería enfocarme en conseguir una resistencia y un ritmo que me permitan ir durante más tiempo.con la tranquilidad de ver el momento de dar con la chispita de un trote más vivo con la garantía de aguantarlo y de que no se me acabe el combustible antes de tiempo.

Por encima de esto, valoro más que nunca las sensaciones percibidas durante el entrenamiento. Las de sentirme más fuerte. Las de percibir que las distancias se acortan cada vez más. Que los puntos del recorrido por el que entreno, y que visualizo antes de hacerlo, cada vez llegan antes, aunque mi carrera no sea más rápida. Esto me ahorra agobios y angustias innecesarias calculando más lo que queda que lo que llevo hecho. Sensaciones como las de ver lo bien que recupero al terminar las cuestas que respeto para afrontar la siguiente como si volviera a ser la primera por la que paso. Las cuestas ya no se me atragantan tanto como antaño, y mientras aún no las he terminado, ya estoy pensando en el periodo de recuperación que vendrá cuando terminen, antes de que venga otra a esperarme.

Sensaciones como las que me quedan al mirar los gráficos y ver que cada vez llevo durante más tiempo un ritmo constante sin altibajos, según me dice la línea azul. Eso es lo que procuro perseguir.O que la media del pulso se mantiene en unas cifras bastante más decentes que hace tiempo...

Todas esas sensaciones sumadas, me van dando una tranquilidad que antes no tenía.

Son mis límites y con ellos debo jugar para seguir disfrutando de lo que tanto me gusta. Mis entrenos no rozan la estratosfera, mis competiciones no acarician el paraiso de grandes marcas, pero esos segunditos que voy arañando de vez en cuando, me dan la medida de lo que puedo llegar a hacer simplemente con la confianza en mí mismo y la seguridad de que puedo más de lo que me creo. A mí un segundo menos ya me hace feliz. No necesito más.

¿Puede ser esto evolución? Quiero creer que sí. Al menos me hace sentirme bien. ¿Qué digo bien? Me hacen sentirme como nunca.

Números (que no siempre lo son todo):


El Lunes: 32'32" para 5,2 Klm con media de 6:54. Pulso medio 158ppm. Rematando a ritmo de 4:44.
Este es el gráfico resultante:
Ayer Martes, trote a las 21:38 con algunos detalles que conviene saber. Trabajé desde las 10:30 de la noche del Lunes y a las 6:30 de la mañana del Martes. Mientras veía cómo mis compañeros de la noche se iban a sus casitas, yo me quedaba para seguir hasta las 14:30. 16 horas de turno. Salí molido. Al llegar a casa el mundo se me vino abajo cuando supe que tenía reunión en el Instituto de mi hija a las 6:30. de la tarde. Poco márgen me quedaba para dormir algo. Apenas un par de horas después de comer algo. Al menos la reunión no se prolongó mucho. Al llegar a casa, otra cabezada reparadora. Me despertó un calambrazo (cómo no) en la pierna derecha a la altura de la pantorrilla. Dolorosísimo, parecía que me estaban dando bocados perrunos. me levanté y me di unas friegas de aceite de romero. Mano de santo. A eso de las 9:00, mi santa me coge de una oreja y me dice: "Anda, sal y vete a correr por ahí un poco". La propuesta me sorprende pero la acepto. Al no notar nada alarmante en el gemelo acalambrado, me animo me visto y salgo para hacer algo más del recorrido de la media de Moratalaz.

Esta vez el plan pasa por hacer las cuatro cuestas del recorrido completas (punteadas en rojo en la foto). El Lunes sólo hice dos y a la altura del punto amarillo me desvié hacia mi casa. Ayer no. Ayer continué siguiendo fielmente el trazado de la carrera para hacer las otras dos. No sentí nada insoportable ni con ellas ni en el gemelo. Contentísimo. Subiendo y rematando la última cuesta para desembocar en Fuente Carrantona, llegué a ponerme a ritmo de 4:14. La cuesta del Polideportivo me supo a miel. Nunca creí que diría esto de esta cuesta.


Los números salieron así: 39'32"" para 6 Klm con media de 6:42. Pulso medio 158ppm. Rematando a ritmo de 4:14 en subida, aprovechando que el gemelo no daba muestras de que le pasara nada alarmante. Misión cumplida. Vuelta a casa a trote megalento.
El gráfico resultante:


¡Pero qué pesado soy para contar sólo un par de entrenos!
Cinco días para el Medio Maratón de Moratalaz.




domingo, 6 de noviembre de 2011

Resacas del Medio Maratón de Montaña de Somosierra



Dos semanas después de esta pequeña hazaña, van apareciendo fotos que me ponen los pelillos de punta al verlas. Hablan por sí solas. En estas se puede ver la niebla de la que hablaba. Se puede ver también la alegría que llevábamos superada ya más de la mitad. Este avituallamiento era sólo de manzanas cortadas por la mitad y agua, pero para nosotros, un manjar.

Recuerdo cómo volábamos a partir de este punto.


 La llegada de dos grandes amigos.
Carlos Siguero y Jesuli.
¡Qué bonita esa última curva a derechas!

Quiero más pruebas de estas. Me tentaba y mucho la I Carrera del Cerro de la Marmota. Son 25 kilómetros que teoricamente también son asequibles, pero Celina con muy buen criterio, me lo ha quitado de la cabeza. Seguiré su consejo y puede que pruebe fortuna en algún que otro Cross universitario antes de emprender otra de estas aventuras.


Pero ahora, sólo tengo una cosa en la cabeza. Y no es otra que el 35 Medio Maratón de Moratalaz.
El Medio Maratón de casa. La niña bonita. Una carrera en la que lo que no falta nunca es el encuentro con muchos viejos y queridos amigos de esta afición. Entre otros, los GGM - Gran Grupo de Moratalaz -, de los que un día formé parte, y de los que aún me sigo sintiendo parte.


Este año seremos un buen puñado de cabras del Caprus, los que nos reuniremos en ella. A destacar el papel que va a hacer Merce, la santa del Mister, que debúta en la prueba, después de haber dejado patente que ya tiene más que dominados los diezmiles.

Fuera de mi cabeza cualquier marca en esta prueba, mi meta pasa por disfrutarla y sacarme la espina de no haber podido con ella el año pasado en que me tuve que conformar con el recorrido de la mini. No estaba yo lo fino que creía entonces. Ahora no es el caso. Me siento con más confianza y más entero. Por eso, correr con Merce codo a codo, me vendrá bien. A ritmo cómodo y con la confiaza de terminarla. Esta vez sí.

Crónica del VI Medio Maratón de Montaña de Somosierra

viernes, 4 de noviembre de 2011

VI Medio Maratón de Montaña de Somosierra


He tardado más de lo habitual en escribir esta crónica, porque como especial que ha sido esta carrera para mí, quería que también tuviera un tratamiento especial.



Tuve un Padrino de Maratón, Rafael González Martinez.
Ahora, tengo Madrina de Carreras de Montaña.
Celina Sánchez Tardío. Una extraordianaria deportista y atleta.
Un cielo de mujer, y amiga. Gracias, Celina.
¿Se puede pedir más?
LA CRÓNICA


¿Cómo podría hacer una crónica de algo que ni yo mismo me creo a las horas en que estamos y pasados tres días?
Creo que como mínimo, lo voy a intentar, empezando por decir que lo del Domingo en Somosierra , no fue más que una muestra más de que por atreverme, me atrevo con cualquier cosa.

Podría empezar por una anécdota...
Estaba un día el genial director de orquesta Glenn Miller dirigiendo a banda musical en una actuación, cuando en determinado momento, al son de Serenata a la luz de la luna, el público que estaba bailando en parejas, hizo un alto y le dedicó una fuerte y cariñosa ovación.. Entonces alguien dijo: "¡Parece que lo ha conseguido! ¡Fíjese en el público!" Alguien le contestó: "Tal vez no lo haya conseguido, pero ese, es el sonido."

Aquí se puede ver si apetece: Serenata a la luz de la luna. Es una escena de la película Musica y lágrimas, con James Stewart y June Allyson, dirigida por Anthony Mann.

¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir, que tras Somosierra, o con Somosierra, he crecido un poquito más como corredor de fondo. Mi límite de resistencia, ha ganado una muesca más. No sé si lo que hice en este Medio Maratón de Montaña - espero que el primero de muchos -, es para tirar cohetes o no, teniendo en cuenta el tiempo que invertí. Para mí, lo importante es que pude con él. No sé si es así como se hace, pero creo que ya sé cuál es la forma.de hacerlo. En otras palabras, creo que ese es el sonido. Y eso, ya es saber un poco más de lo que sabía antes.

Apenas unos minutos antes de salir de casa, me atreví a plasmar desde mi teléfono en el Facebook la siguiente frase: "¡¡Vámonos!! Quiero sentir en mis ojos la mirada de la montaña, y en mis venas el poder de la amistad. Buenos días. Va a ir por ti, Oscar."

Y por Oscar también fue, pero eso lo dejo para el final.

Esa frase que dejé en mi muro, venía al hilo de una frase buenísima que escribió Carlos Siguero unos días antes. Venía a decir algo así como que "Si la montaña te mira a los ojos, la montaña te conquistará para siempre". Y busqué esa mirada. Y la encontré. La encontré en el disfrute de lo que estaba haciendo allí. De principio a fin.¡Vaya que si la encontré! Y de fondo el abrazo de un espéiritu de amistad colectiva, que ya sabía de antemano que iba a encontrar y que en buena parte fue el "culpable" de que consiguiera mi objetivo.

AL MEOLLO... (A ver si lo consigo...)

En el coche de Rafa el Tibu, mis avispas impolutas, virgenes
e impolutas, sin saber lo que les aguardaba. ¡Pobreticas!


Sería injusto dejarle por completo a Cecilia, perdón Celina :-) el papel de  Madrina en mi estreno en pruebas de montaña. Lo sería porque tuve muchos Padrinos y muchas Madrinas esa mañana del Domingo. Y no sólo por parte de los que estaban allí. Empezaron a aparecer semanas antes desde todas partes, en forma de alientos y de ánimo. Todos han tenido su parte de "culpa", y a todos se lo agradezco por igual. Consiguieron convencerme de que era posible que lo consiguiera. ¡Pedazo de fé que tienen algunos!

A las 8:30 quedamos en la Vicalvarada Rafa el Tibu, el Mister y yo. A punto estaba de salir el Sol. Lo veríamos nacer ya en carretera. Quise verlo con ojos distintos a los ojos con los que he visto muchos amaneceres. Y lo conseguí. Me interesaba verlo como el nuevo amanecer de una época como corredor  que iba a empezar esa misma mañana. La ilusión por ello era grande. Y aunque me hubiera estrellado en el intento, no tenía previsto verlo como un fracaso. Eso nunca.

 El amanecer que pudimos ver en el viaje a Somosierra.

Así como vimos en el viaje un sol reluciente, según nos acercábamos a Somosierra, nos topamos con una niebla que cada vez era más palpable. Tampoco quise verla como el presagio de nada negativo. Si era lo que tocaba e incluso si llovía, pues nada, a afrontarlo y punto.


Allí nos esperaba una espesa niebla en la parte media alta 
de la montaña, que hacía barajar incluso la posibilidad de lluvia.
Al final nos respetó y tuvimos suerte.

Esta carrera, este tipo de carreras, es muy diferente a cualquier tipo de carrera de asfalto. En todo, en sensaciones, en la forma de disfrutarla, en la forma de interiorizar en tus límites y en tu propio yo. Lo que te rodea, las vistas, el aire que respiras, las fragancias que te inundan, el sonido de las pisadas en esos terrenos pedregosos, el crujir de las ramas bajo tus pies, el silencio, porque tambien lo hay, te secuestra los sentidos, la sensación de poder en los descensos, la satisfacción de coronar una subida por brutal que te resulte, el aire que te abofetea rabioso en la cumbre... Todo, absolutmente todo, hace de estas carreras algo especial. Son realmente el reto que tantas veces buscamos.

Esta carrera, no podría desmenuzarla por kilómetros recorridos como he hecho otras veces. Es imposible. Sólo fueron 21 kilómetros, pero creo que mejor lo haría por tramos, por metas conseguidas, que es como me aconsejaba Celina que la viera. Cada tramo una meta. Y es que Somosierra tiene muchas metas. Metas que cosechadas, te mantienen vivo y alerta para conseguir llegar a la siguiente, y así hasta la última, la gran meta final. Una meta que atravesé con un pedazo de sonrisa y de felicidad que no voy a olvidar nunca. Somosierra y yo tenemos que vernos las caras de nuevo. De eso estoy seguro.

¡Qué gran familia!
 
El comienzo no fue bueno en sensaciones. Todo era subir y subir y subir. Nada de lo que asustarse, porque era para lo que había ido. Nada que me sorprendiera pero que no esperaba tan de primeras. Noté una falta de aire en los pulmones muy exagerada. Celina trataba de convencerme de que todo se debía a la altura y a la falta de costumbre de moverme en ese entorno. Hice lo posible por asimilarlo, pero sentir esto en los primeros 3 ó 4 primeros kilómetros me hizo temer lo peor. Adaptando el paso al terreno que pisaba, conseguí sepultar esos miedos y continué mordiendo montaña. ¡A por todas!

En ese primer tramos de unos diez kiómetros, aproximádamente, que es lo que hay hasta Tres Provincias, la primera meta señalada con insistencia por Celina, tuve el gusto de conocer la "cuesta de su puta madre". Así como suena, es como la llaman. Bea me explicó el por qué, pero eso no lo voy a desvelar, El que quiera saberlo, que vaya allí, la suba y sabrá el por qué. Y garantizo que el nombrecito está más que bien adjudicado. Lo merece. Es de las que no se acaban nunca, de las que te hacen atesorar hasta el último aliento como el bien más preciado. La niebla no te dejaba ver más allá de 50 metros por delante. Espesa y envolvente. recuerdo que cuando llevábamos hechos 8 kilómetros miré el crono y me llevé la sorpresa de que habiamos invertido 1h28'. No tenía conciencia de que lleváramos tanto tiempo en ruta. El tiempo empleado en estas carreras tiene completamente otra dimensión. Ahí empecé a darme cuenta de ello.
Casi mejor que la niebla no dejara ver lo que faltaba para coronar la "cuestecita". Sorprendentemente los gemelos no se me cargaban ni a la de tres. No había fatiga en las piernas y eso me gustaba.

Carlos, que iba delante creo que con Suso y con Jesús, y yo, nos comunicábamos por balidos sin llegar a vernos. Las cabras de Caprus se sabían cerca, se adivinaban entre la niebla, pero no se veían. A cada balido unas risas. El buen rollito era patente. Buena señal. Terminada la cuesta llegó algo de llano donde por fin poder soltar las piernas. No era más que un engaño. Quedaba otro tramo de descomunal ascenso para coronar Tres Provincias. Corto pero contundente. La primera meta estaba cerca. Nada menos que la mitad del recorrido ya estaba hecha. ¡Casi nada!

Cuando le oí decir a Celina que aquello era Tres Provincias, sin terminar de ascender, me puse a correr como loco unos doscientos metros que era lo que quedaba para rematarla. A lo lejos se entreveían los coches del avituallamiento. ¡Dios, qué alegría tan inmensa! El viento soplaba de lo lindo allí arriba. Por suerte lo hacía a nuestras espaldas, que era de agradecer.No me imagino lo que sería si hubiera sido de cara. Choque de manos general por el logro de la primera meta. ¡Estábamos como motos! Cogí un puñado de galletas chocolateadas, que empuñé en una de mis manos y fui mordisqueando durante bastante tiempo mientras comenzábamos a bajar una cuesta bastante prolongada.


Aquí debo hacer un inciso. Al pasar al lado de un jeep antes de comenzar el descenso, me pareció ver por una de las ventanillas, una perilla que me era familiar. "No puede ser" pensé. Sin embargo volví sobre mis pasos y me acerqué al coche. Efecttivamente, era Juanlu. Qué susto al verle. Envuelto en una manta y aterido de frío. Acudió a la carrera después de pasar la noche con fiebre, y el cuerpo lo acusó más de lo que él esperaba. Se sintió débil y hubo de retirarse. Un apretón de manos deseándole lo mejor y a seguir la ruta. Luego en meta pude comprobar que se encontraba mejor. Incluso con mejor color de cara.

Adivino cierta satisfacción en mi rostro en el siguiente
avituallamiento después de Tres Provincias.
¡No era para menos!
Todos lo estábamos. Aquello estaba saliendo.

De ahí en adelante, no tengo ningún mal recuerdo especial de haber sufrido más allá de lo esperado. Dosificábamos las fuerzas caminando donde había que caminar, y corríamos donde podíamos hacerlo. Estas carreras son así. En los tramos de descenso, es donde yo me encontraba a mí mismo. ¡Cómo me lo paso bajando a ritmo de tiqui-taca! Es algo especial, es volar, es sentirme libre, ligero, etéreo... ¡Yo qué sé! Las piernas se ponen en automático y van solas, sorprendiendome de lo que son capaces a cada zancada. En los tramos llanos disfrutaba sincronizando el trote con el de Celina. Qué sensación más agradable correr a su lado. Qué facilidad de ir dejando metros de terreno atrás. El grupete que formábanmos, ibamos haciendo continuamente "la goma". Siempre esperándonos unos a otros ajustando el ritmo según lo ibamos necesitando para reagruparnos. Riéndonos de todo, de nosotros mismos,

El siguiente tramo que me quedó grabado en mi registro de recuerdos, fue el de la pista de los troncos, unos troncos cortados y amontonados en el márgen izquierdo del sendero. Ese terreno era un contínuo sube y baja, perfecto para poner a prueba la fuerza mental de un corredor como yo, que lucha por mantenerse firme y no flaquear.más de lo necesario. Allí funcioné a base de ponerme pequeñas metas. Más o menos iba diciéndome a mí mismo: "Hasta allí". Y una vez que llegaba "allí" me volvía a decir a mí mismo: "Vale, y ahora un poco más". A veces, ese "poco más" eran a lo mejor unos doscientos metros más de la referencia elegida. Eso me alegraba bastante. Esto antes no podía hacerlo. Si decía "Hasta allí" era para llegar hasta allí y ponerme a caminar. Ahora me veo que llego "Hasta allí" y que puedo hacer un poco más. Ese fue otro de mis pequeños descubrimientos en Somosierra. Algo a lo que le tengo que sacar más partido en los momentos flacos.

Seguíamos descontándole kilómetros a la montaña. Bea aguantando como una jabata sus molestias en la rodilla. Admirable. Inquebrantable. Suso, Jesús, Carlos, un par de corredores que no conocíamos y que se nos unieron algunos metros, Celina con su eterna sonrisa y su optimismo a manos llenas, yo, feliz como una perdíz... acercándonos al objetivo. Según mis cálculos, cuando estábamos todavía por el kilómetro 16, las cabras mayores ya debían estar cruzando la meta. A esas alturas - 2h27' -, amigos como Belén, Miguel, Rafa el Tibu, Fernando, Rafa - mi Padrino de Maratón -, ya debían tener entre sus manos un buen vaso de caldo calentito. A nosotros aún nos quedaba para eso.

Yo no había puesto un cuidado especial en reservar fuerzas para llegar a meta como a mí me gusta, pero cuando empezamos a ver la cafetería de Somosierra allí abajo, empezaron a entrarme unas vibraciones especiales por todo el cuerpo, que sentí como se autoestimulaba por momentos. Y esto incluía las piernas, por supuesto. Mejor a esas alturas de lo que esperaba. ¡Bastante mejor!

Así terminaron mis "avispas". Llegaron a estar más "sucias" en carrera.
Qué bonitas unas zapatillas cuando terminan así de trabajadas. 

 ¿Y qué decir de la "cucaracha"?
¡¡Mirad cómo quedó la "cucaracha"!!

"¡Chicos, ya lo tenemos! ¿Véis aquello? Allí está el pueblo, la cafetería... ¡La meta!" - Celina se afanaba en mantenernos animados y firmes. ¡Menudo subidón que me entró al verlo! Calculo que serían unos dos kilómetros o algo más. Estábamos en el penúltimo descenso. Un descenso muy prolongado y muy pronunciado. De los que amí me gustan. Me lancé a tumba abierta. A mi estilo. Imperfecto y desgarbado, pero mío. Me adelanté unos metros a los demás compañeros. No pude evitarlo. Vi a lo lejos - muy lejos -, a un corredor con una camiseta roja, y lo puse en mi punto de mira. "¿Seré capaz? me pregunté. Y enfilé a por él. Me costó alcanzarle. No sé si me oyó venir, pero no hacía más uqe mirar para atrás. Y fui capaz. Le pillé y le adelanté en curva. intentó resistirse pero no pudo. Yo sí. Creí que una vez a su altura tendría que pararme porque venía un tramo de falso llano.Pero me encontraba en pleno subidón sabiendo cerca la meta. Atrás iba Celina con Suso, luego Bea, y Carlos con Jesús al que fue a rescatar unos metros antes. Se había quedado algo descolgado.

A la vuelta de un giro me topé con una nuva subida. Con esa sí que no pude. Era la puntilla. ¿Quién la pondría ahí? Me puse a caminara buen paso pero incapaz de más. Un subida muy larga pero de la talla suficiente para comerte la moral. Nos reagrupamos de nuevo Celina, Suso y yo. corrimos-anduvimos este pequeño repecho espoleados por el aliento de Celina. "¡Es la última, es la última!" Lo intenté pero no había piernas para más. El corredor de rojo seguía atrás condiferencia. Ese no nos iba a amrgar la llegada a meta. ¡De ningún modo! Otras pocas zancadas. Nada, que no había forma. Celina se adelantó algo a nosotros y se detuvo a esperarnos. Llegados a su altura, nos dio la noticia: "¡Por ahí, chicos! Ya todo es bajada hasta la meta. ¡Ahí la tenéis! Venga, ir delante." ¡Dios! ¡Casi me la como a besos! Apretón de manos de los tres, piernas que se activan de nuevo por si solas, y me lanzo sin paracaidas adelantándome un poco. Suso y yo juntos. ¡Es nuestra, tío! ¡Ya la tenemos! nos decíamos uno a otro. Zancada larga, alegre, fuerte, segura. Pisoteando la hojarasca, pisando con tiento un tramo encharcado y barroso que nos obliga a frenar lo necesario. Ya superado, vuelta al trote alegre. Abriendo los brazos para mantener el equilibrio y no llevarnos un disgusto con todo ya hecho. Olemos la meta. Me disparo de nuevo. A la vuelta de un recodo dejo de ver a Suso, pero sigo a más. Empecé faltándome aire y ahora sentía que me sobraba. Iba a poder entrar en meta como a mí me gusta. ¡Sí señor!

Llega el tramo de asfalto que lleva a meta. Miro atrás y sigo sin ver a Suso que entraría en meta con Celina. Me entran remordimientos por no esperarles, pero lo que menos me apetece en ese momento y que me perdonen Suso y Celina, era echar el freno para esperarles. Me sentía explosivo. Era mi momento. Último giro a la derecha, la locura. El arco de meta a la vista. Gritos de los compañeros que esperaban allí. ¡Qué ilusión! El Mister, Rafa, Fernando, todos... Y el momento de pasar el arco, para Oscar. Una mano arriba y otra al pecho a la altura del corazón, y el grito que me tenía reservado: ¡¡¡Oscar, va por ti!!! Y para Oscar ha sido esta carrera de montaña que muy probablemente habría corrido junto a Juanlu. Muy probablemente.

No hay dolor, sólo satisfacción. Pero no victoria. No siento que haya vencido a Somosierra. Si acaso me he hecho amigo de ella. Si acaso, me he vencido a mí mismo. ¡Sí! ¡He sido capaz!

Muy poquito después llegaban Suso y Celina. Abrazos, choques de manos, risas, satisfacción, ilusión... Después, entraron Jesús y Carlos.
¡¡¡Triunfo!!! 3h 20' +/- de montaña que me han enseñado mucho. Creo que he crecido un poquito más como corredor. Mi confianza ha ganado muchos enteros.Espero sacar provecho de esto, de todo lo vivido en esta carrera de aquí en adelante.

El colofón de todo, fue ver por fin a Belén recoger su Trofeo como 2ª  Clasificada en Categoría Femenina. ¡Qué emocionante fue aquello! Hice como seis fotos y me temblaba tanto el pulso que sólo estas me atrevo a poner, como las menos malas.







Mi gratitud a todos los que lo habéis hecho posible. A TODOS. Pero quiero destacar - y los caballeros me disculparán por ello -, la simpatía y el buen humor de una Bea inmensa superando sus molestias hasta el final. Una Bea que en determinado momento casi me hizo clavar las rodillas en tierra por sus chistes.  Y la luz, el buen hacer y el optimismo que puso en todo momento la gran Celina, a quien desde ese día declaro oficialmente como mi Madrina de carreras de montaña. ¡Tenías razon, Celina! Somosierra ha sido como me prometiste aquél día en La Hoya de San Blas. ¡Esto es especial! Me ha gustado y mucho. ¿Repetimos?

Mis disculpas por la tardanza en terminar de escribir esta crónica, que con los días que han pasado ya casi ha quedado desfasada. Tres días habían pasado desde que empecé a escribirla y esta noche, en que mi cabeza no me permite dormir por otras cosas, me he lanzado a terminarla de una vez por todas.
Prometí que habría crónica y aquí queda para siempre. Espero no haber aburrido. Mis crónicas son así. Trato de plasmar todo lo que siento cuando corro y eso me hace interminable escribiendo. Lo reconozco.

Siguiente parada... Medio Maratón de Moratalaz el 13 de Noviembre junto a la manada de cabras de Caprus y muchos más amigos. ¡Que no pare la música!

miércoles, 2 de noviembre de 2011

"¿Por qué corres?"

La manida y recurrente pregunta tantas veces tratada, por muchos de nosotros, encuentra respuesta en el contenido de este par de videos. Aquí os los dejo a vuestra disposición. Serviros vosotros mismos.
Pero sobre todo, los que se hagan o me quisieran hacer esta pregunta.

miércoles, 19 de octubre de 2011

I Canicross Benéfico de Rivas Vaciamadrid - La crónica.


¡¡Luna al lío!!

Hay experiencias en la vida que al vivirlas por primera vez, las hacen especiales y únicas. No sé cuántos maratones llegaré a correr, pero por más que sean, el Mapoma de 2010, siempre será único y diferente a los demás. Eso, aunque se diera el caso de mejorarlo en posteriores participaciones.

Lo mismo me pasa con los entrenamientos. Siempre recordaré de forma especial el primer entreno de series en cuesta realizado con Miguel en La Vicalvarada, con el que comenzaba a pisar el camino que me llevaría a Mapoma 2010. Lo recordaré siempre. Y hoy día cuando tengo ocasión de pasar por allí entrenando, siento que me invade algo especial.


 Foto de familia del Tri-Bautizo de la sección canina
del Club Atletismo Caprus.

Dicho esto, el Canicross de Rivas Vaciamadrid en el que tuve la fortuna de participar el Domingo junto a mis compañeros del Club Atletismo Caprus en su sección canina, Miguel y Carlos, junto a nuestros "niños", Kira, Ness y Luna, va a quedar prendido en mi interior, en mi memoria, con una chicheta dorada para siempre, y por muchos más Canicross que pueda disfrutar. Aunque hay una vocecilla en mi interior que me dice que cosas muy buenas están por venir en esta actividad.

En el calentamiento previo a la carrera.
Luna ya estaba más tranquila y más centrada.
Ya empezaba a saber para qué habiamos ido allí
y lo que tenía que hacer.

Al llegar a Rivas, ya estaban allí Miguel y Carlos. Por fin conocía a Ness. ¡Ya era hora!
La mañana empezó con muchos nervios de Luna. Era la primera vez que Luna se veía entre tanto perro. Estaba descentrada, perdida, no hacía más que mirarme como pidiéndome una explicación de qué era todo aquello. Como anécdota, puedo decir que estuvo a punto de desmontar el chiringuito tras la recogida del dorsal, que no fue nada fácil. No tenía manos para sujetar todo, arnés, correa, cartilla, las llaves, la perra, etc... Tiró uno de los cartelones y a punto estuvo de tirar una de las mesas. Parecía el caballo de Atila. Tratando de que la cosa no fuera a más, me aparté de todo el bullicio y me llevé de allí a Luna tras el control veterinario, para colocarle el arnés, y ya enganchada fuimos al coche a dejar los trastos inutiles y a correr unas cuantas rectas a la velocidad que ella quisiera para que se desfogara y se tranquilizara. Lo conseguí. Era lo que necesitaba.

 "¿Pero esto qué es?
¿Dónde me has traido?"

Control veterinario.

Previamente pude ver y conocer a Patricia, del Correcaninos. Luego ya me encontré con Yolanda - La Pingüina Veloz -, también del Correcaninos y su Lola. ¡Qué alegre me pareció esa perra! Tuve oportunidad de intercambiar saludo con Victor - Fernandez a la carrera -, que me reconoció. ¡Un saludo, Victor!

Entiendo que Luna estuviera muy despistada, porque a mí todo aquello me parecía superextraño y complicado. No sabía ni en qué orden tenía que hacer las cosas. El estado de nervios de Luna pasó a mí y consiguió que se apoderara de mí una extraña sensación de pena por ella. Pena porque me parecía que las cosas no iban a ir nada bien en esas condiciones. Más que pena, tristeza. Pero tras las carreritas que mencioné antes, vino el calentamiento junto a Miguel. Las cosas ya iban poniéndose en su sitio. Luna ya era Luna de nuevo.


Risas que escondían nervios en los momentos previos 
a la salida que se retrasó casi un cuarto de hora.

La espera para la salida se hizo eterna y volvieron a aflorar los nervios. Traté de apartarme a los puestos más atrasados. Los perros ansiaban echar a correr de una vez. Intuían que el espectáculo estaba a punto de comenzar. Esa jauría ladrando todos al mismo tiempo imponía respeto. Apenas nos podiamos oir cuando nos hablábamos Carlos, Miguel y yo.

 Foto de familia del Tri-Bautizo de la sección canina
del Club Atletismo Caprus.

 ¡¡ Salida !!

¡Y por fin la salida! ¡Dios, qué locura! Correas cruzándose. El traspies a la orden del día. Tropezones. Algunos perros enzarzándose, muchísimo polvo levantándose, y un caminillo muy estrecho que no permitía hacer muchas maniobras. Pararse era tan peligroso como intentar dar unas zancadas. Había poco márgen para el error. Llevé corto a Luna los primeros metros. Conforme nos ibamos alineando, la fui soltando. Ella ya lo pedía. No hizo falta instrucción alguna. Se puso a la tarea copiando lo que hacían los demás perros. Lo más dulce había comenzado. Esta parte ya nos la sabíamos bien los dos por los entrenos que ya llevábamos hechos semanas antes.

¡Al lío! Luna picándose con los perros que nos precedían. El primer kilómetro, trepidante, pero yo siguiendo el ritmo que imponía ella. Llevaba un galope precioso en el que yo me recreaba más que en mirar el terreno que pisábamos. Delante pude ver a Carlos y a Miguel durante bastante tiempo. Más que cuando corremos sin perros. ¡Normal! Nos salió el primer kilómetro en 5:07. Una locura para mí y más en un terreno como ese. "La cagamos" - pensé - "No tardaré en rajarme". y aunque traté de que no fuera así, me vi obligado a hacerlo. tenía que hacerlo. "Acordamos" un ritmo más suave y nos adaptamos bien a un trote más llevadero para mí. Bastante más conservador pero que me permitiría aguantar mejor lo que quedaba. No quería bajo ningún concepto, fallarle a Luna en su debut. Si algo salía mal, no quería que fuera por mi culpa. Jamás he hecho un cross y la fatiga aparece antes que en una carrera de asfalto. Al menos para mí.

No había hecho más que empezar a dejarme con la boca abierta. Se picaba con los perros de delante. No se conformaba con alcanzarlos, los sobrepasaba con una desvergüenza insultante. Gracias a ella me veía sobrepasando a perros que por raza y envergadura ya daban respeto. De todas las razas, colores y tamaños. Viéndola así, ¿qué pordía hacer que no fuera dejarla hacer? ¡Y venga adelantar a perros competidores! Y a estos con sus respectivos dueños, claro. Y yo dejándome llevar.

¡Qué de momentos más bonitos se pueden
vivir en apenas 5,2 kilómetros de Canicross!

Segundo kilómetro en 6:39. Bastante diferencia respecto al primero. Luna iba igualmente alegre. Con hambre de carrera. Poco antes, me alcanzó Yolanda con Lola. Se puso a mi nivel y ajusté mi paso al suyo sin intentar sobrepasarla. Era increible ver a Luna correr al lado de toda una Lola de aquella manera tan suelta y tan segura. Yolanda me comentaba que parecía mentira que fuera su primer Canicross.

Lola en Rivas Vaciamadrid
¡Menuda estampa la de esta "niña"!


Así llegamos al kilómetro 3 (6:10). Habíamos vuelto a apretar un poquito pero sin darnos cuenta. Todo iba como la seda. Poco después vendría el avituallamiento canino y humano. Ahí no me anduve con tonterías. La dejé beber lo que quiso. Era fácil suponer lo que lo necesitaba. Yo también bebí un vasito de agua. No quería más. Ya saciada, arrancamos con calma. El kilómetro 4 lo pagamos al precio de 7:39 pero bien lo valía. Tanto una como otro nos recuperamos bastante, así que decidí meter toda la carne que pudiera en el asador, y conseguir que Luna pasara bajo el arco de meta en campeón y con la misma alegría con la que empezó.

Sé que apretamos, ella su galope y yo mi zancada. Pero no fue suficiente para alcanzar de nuevo a Yolanda a quien no dejaba de ver delante. Al mínimo repecho que aparecía yo tenía que aflojar un poco y conmigo Luna. Dimos un último apreton en los 300 últimos metros ya viendo cerca la meta. Hicimos el último kilómetro en 6:01. Insuficiente, pero muy contento. ¡Los dos pasamos la meta contentos! Pero yo no estaba para nadie. Sólo para mi Luna. No tardé ni cinco segundos en sentarme en el suelo y abrazarla. Me la hubiera comido a besos allí mismo. Me echó las patas a los hombros. Yo creo que también ella me estaba abrazando. Ya de pie, la llevé a la fuente a que bebiera y se refrescara. La mojé la cabeza y ella se sacudió agradecida.

Carrera terminada. ¡Fantástico todo! Siendo lo de menos el tiempo, hicimos 33:21 para los 5,2 kilómetros. lo principal era pasar con nota las sensaciones de un primer Canicross. Y las sensaciones fueron buenísimas. Hubo un par de veces, siempre en bajadas pronunciadas en que me vi con mis huesos en el suelo. Por suerte no llegó a pasar. Queda por aprender sobre esos momentos tan delicados de la carrera, pero tacita a tacita, todo irá llegando.

Ahora tengo un motivo más para mejorar mi técnica de carrera y sobre todo mi resistencia, y no es otro que intentar estar a la altura de mi "niña". Quisiera que la próxima vez pudiera sacar esa raza corredora que lleva en sus venas y llevarla hasta la meta sin depender de lo que yo fuera capaz de resistir.

Los Tres Mosqueperros de Caprus nos hemos puesto en marcha. Con eso me quedo. Ha sido tremendo vivir esta experiencia con mis amigos caprusianos. ¡¡Esto no ha hecho más que empezar!!
Ahora ya puedo gritar... ¡¡¡Ya soy canicrossero!!! ¡¡¡Aupa Caprus!!!

<><><><>C<>A<>P<>R<>U<>S<><><><>

Los miembros de Canicross - Caprus participantes en el I Canicross Benéfico de Rivas Vaciamadrid celebrado el 16 de Octubre de 2011, quedaron clasificados de la siguiente forma:
Miguel Rodriguez Sánchez MASTER 40 con Kira 27'22"98   
Pto. Gral. 26 Pto. Categoría
Carlos Siguero Iglesias MASTER 40 con Ness 29'50"18  
Pto. Gral. 32 Pto. Categoría 8º
José Carlos Ojeda MASTER 50 con Luna 33'28"45  
Pto. Gral. 48 Pto. Categoría 4º

 <><><><>C<>A<>P<>R<>U<>S<><><><>


Mi lema siempre va a seguir siendo disfrutar de todo lo que hago, aunque en ocasiones los resultados no acompañen, pero siemrpe con la esperanza de que algún día lo hagan y entonces... entonces esto será la leche en polvo.

Por cierto, ha sido mi segunda alegría deportiva de la semana. La primera fue que mi hija Ana Isabel superó la prueba de resistencia el Viernes pasado. ¡Sacó un 10! No hubo tercer entreno en El Retiro, por la huelga de profesores, pero tampoco hacía falta. Tenía el tranquillo bien cogido.

PD: Perdón por el retraso en la redacción de esta crónica. Ojalá que la espera haya merecido la pena.