lunes, 31 de agosto de 2009

¡Fin del Plan Cimientos!


Al más puro estilo Yonhey, a dos manos,

celebrando el final del Plan Cimientos.

¡¡Es para celebrarlo!!
Termina Agosto. Terminaron las diez semanas del Plan Cimientos. Diez semanas en las que he disfrutado de la primera sesión a la última. Han sido unos 160 kilómetros que me han dejado muy buen sabor de boca y de cuerpo. Sobre todo de piernas.

Empezando por correr – andar apenas unos minutos, y terminando por hacer media hora de carrera continua. Sin olvidar aquellos entrenamientos en la playa con pulsaciones tan bajas. Allí donde hice sesiones junto a mi mujer, que ya había salido a correr conmigo antes de irnos a la costa.

Han sido diez semanas que me han ayudado a completar cuatro meses de entrenamiento consecutivos, sin interrupciones y sin mayores problemas que una leve tendinitis en un hombro que ya ha terminado de remitir.

Con sensaciones buenísimas. Viendo cómo sesión tras sesión, el tiempo me cundía cada vez más sin forzar el paso y sin subir las pulsaciones. Viendo cómo cada vez cubría más recorrido. Hace unos días decidí medir el circuito que habitualmente hago en el carril-bici de Fuente Carrantona dirección Las Rosas, sabiendo de antemano que me llevaría una sorpresa. Y así fue. El Sábado salí con la bici y me encontré que he terminado haciendo cinco kilómetros a menos de 6 minutos. Yo veía que terminaba mis cinco kilómetros y que me sobraba tiempo para hacer unos cientos de metros más, pero no estaba seguro. La bici – no siendo un sistema perfecto para hacer mediciones -, me lo ha confirmado. Esto, sea poco o nada exacto, es algo que tiene un efecto muy positivo para mí y que me motiva muchísimo.

Creo que los cimientos ya están puestos. Ahora, a levantar la primera planta. Para esto, el objetivo es llegar a una hora de carrera continua. Si todo va bien, dos semanas antes del Medio Maratón de Moratalaz lo habré conseguido. Eso será la semana del 19 al 25 de Octubre. Casi justos dos meses.

Si la paciencia y la tranquilidad me han traído hasta aquí, pienso seguir tirando de paciencia para seguir progresando como hasta ahora.

Quedan menos de 8 meses para MAPOMA 2010. Todavía queda mucho por recorrer hasta entonces, pero de momento enfocaré la atención en esa hora de carrera continua, que es lo más inmediato a conseguir. Como hasta ahora, paso a paso.

Yo pongo la voluntad y las ganas, espero que la salud y las fuerzas, también me acompañen como hasta ahora para conseguirlo.

jueves, 27 de agosto de 2009

Los mejores momentos

Ayer y el Martes me salieron los dos mejores entrenamientos que he hecho hasta la fecha. Ambos los hice junto a mi mujer. ¿Será por eso?

Parece que digo siempre lo mismo pero es cierto. Sobre todo ayer hice algo que cuando lo mida con la bici estoy seguro de que me llevaré una sorpresa. Sé que no es una forma muy acertada de medir un recorrido pero orienta bastante.

Salimos los dos una hora. Ella camina a paso rápido mientras yo hago mi sesión de media hora. Termino, recupero y voy a su encuentro y volvemos a casa corriendo - caminando los dos juntos.
Mi santa ya hace tramos de 6 minutos. Es una máquina. Tendriais que verla andando a paso rápido. Está dejando de fumar y esto la ayuda y a mí me sirve de aliciente su compañía. Aunque tal como va no sé quien terminará acompañando a quien.

Por el carril bici dirección Las Rosas. Cambiando el circuito de entreno con terreno algo más trabajoso con sus cuestas. Una delicia.

Seguimos progresando.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Una nota de disculpa para los amigos trotadores

A principios de esta semana no anduve muy sobrado de tiempo para responder debidamente a una serie de comentarios en el post de la carrera de Colmenar de Oreja. Pudo parecer una descortesía por mi parte, pero no fue así. Procuro no dejar un comentario, opinión o consejo sin responder.

Ayer me puse las pilas y respondí a esos comentarios sobre los que os llamo la atención para que no quede nada en el aire.

https://www.blogger.com/comment.g?blogID=1252623296843428191&postID=2756701511701820200

Básicamente es un reconocimiento a una insensatez como la de mi desquite después de aquella carrera. Por si acaso, lo repito aquí también para que quede bien a la vista.

Reconociendo que lo que hice con mi desquite posterior a la carrera pueda tener su mérito, tengo que reconocer también que tuvo su punto de insensatez. Eso en caliente uno no lo sabe apreciar bien. De hecho no se lo recomendaría a nadie.
Me rehice, sí, me desquité, sí, me quedé a gusto conmigo mismo, por supuesto que sí. Pero fue una gran locura que hubiera podido terminar muy mal.

No me esperé al día siguiente. Un par de horas después, nada más llegar a casa, me ventilé 6 kilómetros en mi barrio. Eso sí que me dejó en paz conmigo mismo.

No está bien hacer esto, lo sé, ni lo pongo como ejemplo a seguir, pero a mí me sirvió. Por eso al día siguiente a pesar del cabreo, podía sonreír.

lunes, 24 de agosto de 2009

¡Hoy es mi cumpleaños!

Que cada cuál coja su ración...


En los pulsómetros, hay que introducir algunos datos para que nos arrojen las cifras que necesitamos saber en nuestros entrenos, Datos como peso, estatura, sexo, otros… y la edad.

Hoy en el mío he tenido que hacer un reajuste. No tengo la misma edad que ayer. Hoy cumplo 49 años y tenía que corregir ese dato. Un pellizco más a mi primer medio siglo de edad. ¡Qué le vamos a hacer! No me arrepiento de tener la edad que tengo. ¡Ni mucho menos! ¡Al revés! Me siento orgulloso de tenerla y de estar como estoy. Es simplemente eso, que me hace gracia porque sólo es lo que es: un dato.

Soy alguien que un día a los 15 años, por un libro del colegio averiguó quién era Emil Zatopek. El portento atlético de aquél hombre y las hazañas que logró me dejaron muy marcado. Surgió en mí una semilla que con el tiempo germinó y terminó echando raíces. Decidí que yo correría algún día un Maratón.

A los 19 corrí mi primera carrera que fue la primera edición de la Carrera del Agua del Canal de Isabel II. Bonitos son los recuerdos que tengo de aquél día. Algún día los traeré por aquí.

Decidí que algún día correría un Maratón, pero el caso es que hasta la fecha nunca he tenido esa posibilidad. Sin embargo, ahora acaricio esa posibilidad más de lo que la he acariciado nunca. Ahora sí que la veo cercana. Por eso, para mí es como la última posibilidad de correr un MAPOMA antes de cumplir los 50. Si todo va bien, en 2010 cumpliré mi sueño.

Para eso me queda menos del tiempo de un embarazo. Y viendo el calendario día a día, me doy cuenta de que un año no es tiempo suficiente para afrontarlo con garantías. Pero ahí está mi reto. Ese es mi reto. Espero llegar a él tan entero como estoy ahora mismo y si puede ser un poquito mejor… pues mejor.

El entreno de ayer, otro buen golpe de suerte. 23º a las 7 de la mañana 138 ppm y 152 de pmax. Me sentí tan suelto como el Jueves pasado. Hoy también he entrenado a las 7:00 de la mañana cuando he salido de trabajar de noche. Otra maravilla de entreno. El pulso similar al de ayer, 139 ppm y154 pmax. Con una temperatura de 24º. ¡De fábula! Y además con el añadido de que he recorrido un trecho de unos 200 metros más que ayer sin proponérmelo.

Ya estoy metido de lleno en la última semana de las diez del programa. Es en la que toca hacer 30 minutos consecutivos de carrera contínua sin perder de vista esas pulsaciones aeróbicas. ¡Ahí estamos! Consiguiéndolo mejor de lo que esperaba.

sábado, 22 de agosto de 2009

Con alas en los pies

Semana 9 de 10. 4 sesiones de 14x1x2, que tendré que hacer consecutivamente. No me queda margen para días de descanso. Los horarios de trabajo me han superado desde el Lunes y entre eso y el calor, que no cesaba ni por la noche no ha habido forma de encajar los entrenos.

Terminaba los días con aquello de "a ver si un poco más tarde...". Pero no había forma. Terminaba quedándome dormido o no conseguía madrugar lo suficiente, porque entrando a trabajar a las 6:30 de la mañana, tampoco puede hacerse mucho más. Sin embargo… el Jueves sí que pude hacerlo. ¡Qué maravilla lo que sentí ese día después de 4 de descanso!

Me desperté a las 4:30 de la mañana. Y yo cuando me despierto, me despierto de verdad. Entraba a las 07:00 a trabajar. Me levanté, tomé como desayuno un zumo de naranja mientras me despejaba. Tardé bien poco en decidir que ese era el día y el momento. Preparé el frac de correr, zapatillas y calcetines, me duché, y una hora después estaba camino del trabajo. Aparqué, dejé las llaves a un compañero, y a las 6:00 de la mañana estaba trotando por la zona de Emilio Muñoz y García Noblejas camino de la calle Arturo Soria.

¡Qué pleno! ¡Qué suelto me sentí! ¡Qué entero! Quitando los entrenos a pie de playa en Julio, es el entreno en el que más he disfrutado y en el que más me he divertido. Todas las calles para mí. Sin agobios, sin prisas. Y lo más importante, los 24º de temperatura. Eso fue lo máximo de todo. ¡24º! Qué diferencia entre correr a esas horas y con esa temperatura y no con los treinta y tantísimos de horas más tardías. Sudé igualmente porque había que sudar, pero sudé a gusto.

Entré a trabajar envuelto en una nube de lo bien que me sentía. Tras lavarme y echando de menos una buena ducha, tuve la sensación de que la jornada se me haría más corta y así fue.

Ayer Viernes, otro tanto de lo mismo con 25º. Hoy trabajo de noche y me he levantado algo más tarde, pero a las 10:00 estaba trotando por Moratalaz con 28º. Unos pocos más pero igualmente llevaderos. Sólo dos horas después el termómetro marcaba los 35º. Y a las 6:00 de la tarde cuando iba para el trabajo ya marcaba los 38º. Me he acordado de los que hoy iban a correr en Villarejo de Salvanés seguramente en las mismas condiciones que los que corrimos en Colmenar de Oreja la semana pasada. Y eso, a pesar de que al contrario que aquella, esta de Villarejo es a las 19:00 horas. No les envidio para nada.

En resumen, que me voy acercando al final de este ciclo y cada vez me siento mejor. Siento literalmente alas en los pies. La última semana, la del 24 al 30 de Agosto, coincide con mi cumpleaños. Tengo en mente hacerme un regalo para mi día 24.

martes, 18 de agosto de 2009

Carrera de la Virgen - C. de Oreja - 15 Agosto 2009 - La crónica


Los 38º habituales de los últimos días en Madrida las 3 de la tarde.

Son 1.900 palabras de crónica. Aviso. Había mucho que decir...

EL CALVARIO

Algo había leído de estas carreras, sí, pero era mucho más lo que había dejado sin leer a tenor de las cosas de las que poco a poco me voy enterando.

Dije que la historia empezaba en calvario y terminó en penitencia, pero creo que me voy a ir más atrás. La mañana empezó en clave de susto. Cuando abrí los ojos y vi. tanta luz por la ventana, creí que la había pifiado bien. Eran las 8:30. Hubiera querido levantarme antes, madrugar un poco más, pero teniendo en cuenta los nervios que no me dejaron dormir hasta más allá de las 2 de la mañana... Recuerdo que cuando me levanté, hasta hacía una temperatura más que aceptablemente agradable.

Me dormí. Más nervios para mi cuerpo pensando que no llegaría a tiempo. Si la salida hubiera sido de verdad a las 1o de la mañana, tal vez no hubiera podido correr. Llegué a las 9:45.

Me encontré a Bebeto y a José Luís. Acababan de hacerse con el dorsal en un bar de la Plaza. Entré a conseguir el mío. El ambiente de la carrera hacía rato que iba tomando fuerza. Bastantes corredores, familiares, vecinos, megafonía y "Carros de fuego"...

Categorías que formaban parte del festejo (atención): Cadete, Infantil, Alevín, Benjamín, Mini benjamín, Chupetín, Juvenil/Júnior, Senior/Veteranos. A las diez en punto comienzan diciendo que por el escaso número de apuntados, van a correr juntos Cadetes e infantiles. Van tomando salida cada una de las categorías y no recuerdo en qué momento, pero decidieron separarlas en masculina y femenina.

Sentados en el bordillo de la acera, esperando los tres, comentamos (José Luís) que ya sólo faltaba que dividieran la femenina en pelo largo y pelo corto. El chascarrillo me hizo gracia y yo añadí que por qué no por colores de las camisetas.

Los minutos pasaban y la temperatura iba subiendo a pasos agigantados. Yo me empezaba a oler el percal. Ese solazo me da más respeto que las distancias. No soy nadie con el calor extremo, estoy harto de decirlo.

A eso de las 11:00 empezamos a calentar en una calle cercana al punto de salida. Calentando ligeramente, lo que es un calentamiento normalito, y ya me puse a sudar. Mala cosa.

Las 11:30, llega nuestro momento. El sol, cayendo en chorro vertical. Agresivo. Lacerante. Mirabas al suelo y no veías tu propia sombra. Se escondía bajo tus pies. Hasta la sombra buscaba una sombra bajo la que cobijarse.

Ya colocados en la línea de salida, miraba detrás de mí y no veía a nadie. Eso ya me mosqueó. Los Cacahuetes me recordaron que tuviera cuidado que me podía quedar descolgado a las primeras de cambio. Traté de calmar los nervios que no me habían abandonado desde que comencé a calentar. Es algo que me pierde y que no consigo dominar. Es lo que se llama miedo escénico. Mi primer error es ese, no dominar la situación.

En la línea de salida pasaron unos minutos de las 11:30, y no salíamos. Mi pulso en ese momento ya estaba a 115. Nada normal. Buena parte de esas pulsaciones eran por los nervios que me comían por los pies.

Se da la salida. Lo que ocurrió a partir de aquí se podría contar con menos palabras que las que he empleado hasta ahora, pero me extenderé como hago siempre. La salida era en una calle bajo una sombra que lo cubría todo. Frente a la Ermita. Debía ser la única sombra que había en todo el pueblo, porque no volvimos a ver otra. El sol esperándonos fuera y directos a él que fuimos de cabeza.

Desde el inicio vi. marcharse a Bebeto y a José Luís. Ellos iban con intenciones de hacer menos de 28 min. Y lo consiguieron. 26:40 creo que hizo Bebeto. Mis intenciones eran otras que no encajaban con el frenético tren que tomaron las cosas. Quería hacer mi ritmo y si me veía valiente, intentar algo de más alegría en los dos últimos o quizá en el último kilómetro.

Yo (creía) que había salido a mi ritmo. Luego vería que no. Ese sería mi segundo error. En unos cientos de metros. Ya me adelantaron unos cuantos rezagados. Yo, a lo mío. A los dos minutos (no exagero, lo juro), empecé a oír algo detrás de mí que no eran las zancadas de ningún corredor. Era un sonido que no encajaba con nada que pudiera imaginar que estuviera a pocos metros de mí. Me vuelvo, y veo al coche de Protección Civil. Ese coche cerraba la carrera. Deprimente. Sólo me bastó eso para que la angustia me hiciera mella. Yo era el último.

La angustia mayor no tardaría en aparecer. Traté de emparejarme con un par de Veteranos B (más de 50 años), que eran los únicos que tenía más a manos. Me permití unos tira y afloja con ellos, pero siempre a su paso arriba o abajo. Sol, más sol... En momentos de llano en los que creía verme recuperado, llegaban las primeras callejuelas estrechas y empinadas, que me recordaban quién soy y de dónde vengo.

Se acumulaban los pensamientos negativos del tipo: "¿Y por aquí voy a tener que pasar yo tres veces...?" El sol castigando. La respiración congestionada. Sólo entraba aire caliente en mis pulmones. No presagiaba nada bueno. De pronto sin esperármelo, el primer kilómetro. Lo marco en el crono y lo miro: 5:20. Me he pasado de la raya, ese no es mí ritmo. No me había dado ni cuenta de que me había dejado arrastrar por el bloque de corredores en pleno.

Decidí dejarme caer para ajustarme a mis 6 min. pero si momentos antes, mi culo sacaba brillo al capó del coche de Protección Civil, ahora lo estaba puliendo. Empecé a agobiarme con lo de ser el último y lo de tener el ronroneo de aquél coche tan cerca de mí. No oía otra cosa. No oía ni a la gente aplaudiendo al paso.

Aguanté lo que pude. En cierto momento tomé una botella de agua en un punto de avituallamiento con la esperanza de recomponerme. Bebí un trago y el resto me lo eché encima. Ni eso me reconfortó.

Más calles cuesta arriba. Agónicas. Angustiosas. Las piernas no me respondían. Bloqueadas por completo. No quise imaginarme el resto de la carrera de aquella forma. Eso no era disfrutar sufriendo. Era algo más. Algo para lo que tengo que admitir que aún no estoy preparado.

No sé si llegué al segundo kilómetro. Nunca lo Vd. Sé que mi crono marcaba 13 minutos y pico. 13 minutos de agonía a los que podían sumarse otros 25 o más. Eso no era plan. En esas condiciones no. Mi pulso a 177. No. Hasta allí había llegado. Levanté el brazo para que el coche supiera que abandonaba. Me volví y le levanté el pulgar para que supiera que no me pasaba nada. Le expliqué. "No puedo. Abandono. Estoy bien, simplemente es que no puedo. Es este calor, que me ha podido".

"Abandono". No me veía yo diciendo esa palabra, pero no tenía otra. "Suba". Me recogió amablemente y desde dentro del coche seguí el resto de la carrera hasta la plaza. Pude ver cómo los primeros corredores doblaban a los últimos. Llegamos a la Plaza junto a la Ermita y allí en una esquina, la última en doblar antes de llegar a la meta me quedé a esperar a Bebeto y a José Luís. Iban 22 min. de carrera. Quedaba poco para que aparecieran si todo les había ido bien.

Y aparecieron. Bebeto delante y a pocos metros, José Luís. 26 min. Lo habían conseguido. Le expliqué a José Luís lo que me había pasado con pocas palabras mientras le acompañaba a la meta. "Se me fundieron los plomos. No pude". Me contestó que era normal, que no me preocupara.

A pocos metros de la línea de meta me separé hacia la acera para no cruzarla. No me correspondía. Me apuntaron como uno más que llegaba a la meta y les tuve que decir que rectificaran, que aquello no era mío. Les expliqué lo que había y me dieron las gracias corrigiendo el apunte.

Con sentimiento de culpabilidad recogí mi bolsa del corredor, una botella de agua y un bocadillo. Aquello sí que me recompuso.

Ya sólo quedaban los comentarios de los Cacahuetes sobre el recorrido tan agónico - lo digo una vez más - y cómo lo habían pasado. Luego se ocuparon de animarme con buenas palabras e insistían en que pensara en que esto es sólo un pasó más. Que no le diera demasiadas vueltas a este abandono que tan mal sabor me había dejado.

Nos despedimos un rato después y ya de vuelta a casa, yendo el coche, sólo y a la vez acompañado de mis pensamientos, vi. la rabia que de verdad llevaba dentro. Y en un arrebato de coraje me dije algo: "Vale, ya ha terminado el calvario. Ahora viene la penitencia."

LA PENITENCIA

¿Y cuál era esa penitencia? Ni más ni menos que decidí que yo no me quedaba sin hacer esos 6 kilómetros ese día. Con ese propósito llegué a casa.

Nada más entrar, me bebí un litro de agua de un tirón. Me pegué una buena ducha que sí que me reconfortó. Volví a vestirme de faena poniéndome la camiseta verde pistacho de Colmenar de Oreja, me calcé las zapatillas con parsimonia, con comodidad, preparé el crono, y me eché a mis calles de Moratalaz.

No volvería a casa sin hacer mis 6 kilómetros. Porque fue otra de las cosas que llegaron a rondarme en mi cabeza... "¿Es que realmente no seré capaz de hacer 6 kilómetros seguidos?" Eso había que verlo.

Eran las 14:30 de la tarde más o menos. Máximo sol en pleno. Me planté mi gorra y mis gafas de sol y fui a devorarme esos 6 klm. Y los hice. De un tirón. Con rabia. Con mucha rabia. Sé que estos 6 kilómetros no pueden ser comparables a los de Colmenar de Oreja porque son eminentemente llanos. Nada que ver con el recorrido de las calles del pueblo, pero la temperatura compensaba la diferencia.

Y vaya que si los hice. ¡Claro que los hice! Me llevó 38:55 cubrirlos. Y quedé muy satisfecho. Con ello me saqué la espina. Mejor de lo que esperaba. A mi ritmo real. A una media de 6:55. Nada que ver con la barbaridad (para mí lo es por ahora) de los 5:20. Yo lo sabía, pero me demostré a mí mismo lo que más necesitaba, que era saber que puedo hacer 6 kilómetros seguidos. Además me permití un último kilómetro en 5:54 que me dejó muy contento.

La camiseta terminó chorreando. Completamente empapada, completaba la satisfacción del esfuerzo realizado. El pulso, con una media de 160 y una máxima de 171. Dada la temperatura en ese momento, que podéis imaginar, creo que estuvo por debajo de lo que esperaba.

Pasado el calvario y cumplida la penitencia, quedé en paz conmigo mismo. Ahora, a seguir con los entrenamientos sin perder de vista lo que he aprendido con esto y lo mucho que me queda por aprender y mejorar de cara al futuro. Dentro de una semana, cumplo 4 meses consecutivos de entreno, que no es poco.

Bebeto, José Luís, gracias por vuestra compañía. Terminar como terminé, no sé lo que hubiera sido si me hubiera encontrado sin nadie con quien intercambiar unas impresiones. En esas ocasiones no hay que estar solo.

domingo, 16 de agosto de 2009

Colmenar de Oreja - Calvario y penitencia

Sin duda, lo mejor de la jornada, la foto con José Luis y Bebeto.

El resto... tendré que buscar las ganas de contarlo. A buen entendedor...

Adelanto cuatro pistas:
1- Hora de salida de Senior y Veteranos, 11:30 de la mañana.
2- Temperatura ambiente: 33º - 34º
3- Completé el primer kilómetro en 5:20. Cuando lo vi, creí que era el reloj de otro.
4- ¡ A los 2 minutos de carrera, mi culo le estaba sacando brillo al capó del coche de Protección Civil !

A los tres minutos no me adelantó el Alcalde porque no corría...

Es que si no me tomo con humor lo que pasó ayer, no sé lo que hago. Ya contaré más. Estoy cabreado.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Carrera Popular Virgen de Agosto - Colmenar de Oreja 15 - 08 - 2009

Hoy, vuelta a las andadas, pero no por gusto. No he tenido más narices que salir a correr en horas nada apetecibles. Y aunque lo he sobrellevado bastante mejor que el otro día, el calor me ha vuelto a hacer mella en las pulsaciones.
No termino de calibrar si estas sesiones serán útiles o sesiones desperdiciadas. Digo que mientras no deje quietas las piernas, algo es algo.

Estaba pensando esta mañana que debería de dar gracias de cómo estoy. Creo que mejor incluso que cuando el año pasado tuve que parar y dejar las zapatillas aparcadas. Nunca había encadenado dos meses seguidos sin problemas y mucho menos tres. Ya voy camino de cuatro. Todo un récord para mí.

Es esta, otra de las cosas que me motivan. A parte de lo bien que me encuentro una vez he terminado y me he duchado. Me siento pletórico. Muy, muy motivado.

Ayer por casualidad, me enteré por mi Jefe en el trabajo, de una carrera que se corre en Colmenar de Oreja. De primeras le dije que se olvidara que ahora no está mi pensamiento en ninguna carrera. Pero me explicó que se trata de la Carrera de la Virgen y que la distancia a cubrir son 6 kilómetros. Ahí sí que giré el cuello y abrí bien las orejas.

- ¿Seis? ¿Nada más?

- Seis. Si además es una carrera de esas que las corren nada más que los del pueblo...

- ¡La compro!

Algo había leído de estas minicarreras locales y del atractivo que tienen. El hecho es que ni me lo he pensado. Esa distancia es prácticamente la que hago desde hace dos meses en mis sesiones de entreno. Rondo los 5 kilómetros. ¿Por qué habría de tener problemas en hacerla?

Y dicho y hecho, ya estoy decidido. El Sábado corro en Colmenar de Oreja. La salida es a las diez. Si el sol se porta, no lo pasaré mal. Además me voy a encontrar allí con Bebeto y compañía. ¡Los inefables Cacahuetes! ¡Mi primera carrera del año!

Espero contar con la aprobación del entrenador. No le he dicho nada.
También espero que no haya muchas calles como la de la foto en el recorrido.
Aunque... ¿qué más da? ¡¡Ya puestos...!! Además parece bonito el pueblo. No lo conozco.
Está poco más de 50 kilómetros escasos de Madrid.
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Semana 8 de 10. Sesiónes 25 a 28. Tiempo: 13x2x2. Quedan 2 semanas para completar.

domingo, 9 de agosto de 2009

Amanece en Moratalaz

Ayer llegaba a casa por la mañana saliendo de trabajar toda la noche hasta las siete haciendo Patrulla, cuando ya vi esto al pasar por Fuente Carrantona en la zona del carril-bici. Eran las 7:30 y el sol ya se estaba anunciando. Como diciendo: "O sales pronto a correr o ten cuidado que ya estoy aquí".

La verdad es que después de 12 horas conduciendo y pateando para arriba y para abajo, no me apetecía mucho una carrera tempranera. No así hoy, con la diferencia de que aunque he trabajado de noche, hoy no me ha tocado Patrulla. Ha sido más estático. En cuanto he llegado, ropa de faena, zapatillas y a trotar. ¡Fenomenal! Ni me he notado cansado. Eso sí, ¡cómo he cogido la cama después! ¡Toda mía!

Dejé pasar un par de horas y vi que se iba nublando la mañana por momentos. Recapacité. Pensé que tal vez no estuviera la cosa tan mal para correr. Seguí dejando pasar el tiempo mientras recogía un poco en casa, y a eso de las 11:30, hora nada habitual en mí para salir, me tiré a la calle. Seguía nublado, pero no fresquito como horas antes. Aún así, seguí adelante. ¡Siempre pa'lante! ¡Y madre mía! A los diez minutos ya me estaba arrepintiendo.

Nublado sí, pero con un calor de la leche. Terminé la sesión echándole paciencia y sin dejar de mentalizarme: "No hace calor, no hace calor, no hace calor..." No sé las veces que me lo pude repetir según iba cubriendo los casi 5 kilómetros que es lo que me da de sí la media hora. Hechos los estiramientos, y el debido reposo, al pasar por el coche aparcado a la puerta de casa, me metí para mirar el termómetro... ¡¡¡ 34 º !!! Creo que la temperatura más alta a la que he corrido nunca. Si lo llego a ver antes de hacer el entreno me vuelvo para casa.

Ayer entrené algo más que las piernas. Entrené la voluntad.

PD: Un saludo desde aquí a los compañeros Vigilantes de Seguridad de Diana. ¡Un abrazo a repartir, compañeros! ¡Buen servicio!

Semana 7 de 10. Sesión 23. Quedan 3 semanas para completar. Ahora viene lo bueno.

viernes, 7 de agosto de 2009

Impresiones acertadas

Después de un cierto número de sesiones rutinarias de entrenamiento, uno va sabiendo muy bien dónde pisa y cuándo está bien o está mal incluso sin mirar el pulsómetro sobre la carrera.

Cuando me hice la prueba de esfuerzo, dentro de lo que cabe me quedé contento al saber por el doctor que me planté en la cinta cuando estaba en el tramo de 5 min. por kilómetro. me quedé contento porque aquél no era mi ritmo. Me vacié en la cinta, dí todo lo que podían dar mis piernas y un poco más.

Días después, antes de recoger los resultados, acompañando a Torcas y a Yonhey en la carrera del Trofeo de San Lorenzo, me di cuenta de que algo no me cuadraba. Ambos fueron clavando todos los kilómetros de la carrera a los 5 min. Llegué a la conclusión de que o yo estaba peor que ellos definitivamente, o que algo no iba bien. Observando su paso pensaba ¿cómo es posible que yendo a esa media a mí se me saliera el higadillo por la boca? De hecho mis pasos eran mucho más rapidos que los que daban ellos en la carrera. ¡Estaba seguro de ello!

Cuando recogí los resultados salí de dudas. El doctor no me había dicho la cifra con exactitud. Yo no me había plantado en la cinta al ritmo de 5 min. sino al ritmo de 4:30 min/klm. La alegría y la tranquilidad fueron dobles. ¡Fui capaz de ir a 4:30! Algo desconocido para mí, porque mi baremo está entre los 5:30 y los 6:30/klm. Esa es la velocidad en la que de momento me siento cómodo y a la que mis piernas y mi cuerpo no sufren.

¡Eso ya era otra cosa!

Ayer sin embargo, en el entreno habitual, me llevé otra alegría. Cuando estaba a punto de terminar, quedando unos cientos de metros, me dio por alargar la zancada. Pensé "a ver lo que pasa...". Le di más vidilla a mi paso, y sin dejar de mirar el pulsómetro, vi que no variaba ni un poquito. Cuidando la respiración para oxigenar más, acelerando el paso, el pulsómetro seguía clavado en las 147 ppm que llevaba en ese momento. ¡Eso tiene que significar algo, digo yo!

Hoy repetiré esa pequeña prueba en un tramo más largo, a ver lo que pasa.

A esa pequeña alegría le puedo sumar otra: ayer vi en mi pulsómetro unas pulsaciones en reposo que me dejaron con la boca abierta: 44. Lo más bajo que lo he visto nunca, habían sido 50. Eso supongo que también debe significar algo. Creo que mi cuerpo está aprendiendo. Que se está adaptando. Que lo que estoy haciendo estásirviendo para algo.

Y eso... ¡Motiva! ¡Qué narices!

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Hecho el entreno de hoy...
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Desde que empecé ayer, me di cuenta de lo bien que me encontraba. Me sentía fuerte, muy entero y descansado. Hoy ha sido lo contrario. Estaba cansado y había dormido menos por culpa del calor.

Me he limitado a hacer la sesión y a dejar los experimentos para otro día. He salido más temprano que ayer uncluso. A las 8:30 ya estaba sobre el asfalto. Ayer salí a las 10:30.
Las pulsaciones máximas se me han disparado un par de veces teniendo que aflojar. El pulso medio se ha quedado en 148. Sin duda, ayer mucho mejor en todo.

Otra cosa clara: no hay dos días iguales.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Ultimas capas de cimientos.

Terminó el mes de Julio y llegó el de Agosto. De aquí a nada ya nos vemos liados con el turrón y el mazapán. ¿O no?

Ya me encuentro en la 7ª semana de 10 que tiene el programa de entrenamiento básico que estoy siguiendo.

Hasta ahora los saltos de una semana para otra han sido de uno o dos minutos. Comencé con 2 min. corriendo y 4 andando. Ahora estoy en 9 corriendo y 1 andando. La semana que viene, el salto será más sustancioso y supongo que ahí veré de verdad cómo va todo. Serán 13 min. corriendo y 2 andando con 2 repeticiones.

La siguiente será de 14 corriendo, y la última, la del 24 al 30 de Agosto, vendrán los 30 min. de carrera contínua.

En general hasta ahora, no haciendo calor, he llevado muy bien todas las sesiones. No me he aburrido nunca. Ni desde el principio. En cuanto al pulso, en constante descenso a igual esfuerzo. Voy a ritmo de 6-7 minutos. Los días de mucho calor han sido los únicos en los que elpulso se volvía a disparar un poco. De no ser por eso, el pulso siempre entre 140 y 155 ppm.

Ayer por ejemplo, salí a las 11:30 de la noche. Me dio lo mismo intentar esquivar el calor. A esa hora, el apretaba tanto como un par de horas antes en que todavía había luz. Y lo hice. Entrené. No muy convencido. Estaba cansado y no me apetecía mucho. Mi santa prácticamente me echó a la calle a que corriera. De no ser por eso, me habría quedado en casa. Después me alegré de no haberlo hecho. Tras recorrer el primer kilómetro, me di cuenta de que estaba más entero de lo que pensaba. A los diez minutos quería más y disfruté de lo que me quedaba de entreno.

El cansancio que tenía estaba claro que no era para tanto. Ese es otro de los peligros del calor. Nos amodorra y nos empuja a acomodarnos terminando algunas veces por no hacer los deberes. Muy mal eso, muy mal.

Comentario final: Como mínimo, que todo siga como hasta ahora, que no es poco.

domingo, 2 de agosto de 2009

Fotos Trofeo San Lorenzo 26-07-2009

Con esta nueva foto de familia tomada pocos minutos antes de la salida del Trofeo de San Lorenzo, puedo presentar por fin las fotos que hasta ahora no había tenido tiempo de subir.Así mismo subiré también los cuatro videos que grabé.

A las 8 de la mañana en punto y después de recorrer en bici los 7 kilómetros que median desde mi casa hasta Atocha, el ambiente en el punto en el que estará la meta es de lo más tranquilo.
Mientras los arcos hinchables aún no han terminado de ser levantados, los pocos corredores que más han madrugado ya van recogiendo sus chips. El calor ya se va anunciando. La noche no ha sido fresca y se prevé una carrera calurosa.


Un privilegio conocer de primera mano el programa de actividades que llevará a cabo el Grupo Garabitas. Un grupo este, que ya se ha hecho tradicional en esta que ya está considerada una de las mejores carreras que se celebran en Madrid.


Aquí la pareja formada por Juan Luis y José Manuel - Yonhey y Torcas en el mundillo -, a su paso por el Palacio de Oriente. Atrás quedaba el peor trago de la carrera: el paso por la subida de la temible cuesta de San Vicente. Inacabable como siempre. Cuando pasamos por ella tomé cumplida venganza desde la bici, por lo mal que me lo hizo pasar el año anterior.



Siempre sincronizados, bien acompasados y clavando cada kilómetro a los 5 minutos.




Un lujo ver de cerca el moviemiento y el ritmo de sus piernas kilómetro tras kilómetro.



De camino a la Glorieta de Atocha. Olfateando el olor a META en el aire.



Una foto anónima de dos corredores junto a los que fuimos durante unos metros.


Yonhey, Torcas y un Garabitas junto a un grupo de corredores llegando ya a la deseada META. Allí tuve que separarne de ellos. La estrechez de la calle ya no me permitía moverme sin estorbar a los corredores.



Pasada la recogida de la bolsa del corredor y una vez devuelto el chip y echados unos primeros tragos refrescantes, los obligados estiramientos para prevenir lesiones.
Intentaron empujar la fachada del edificio para ensanchar la calle pero no lo consiguieron.



Minutos después nos reuniriamos con Crusti y con Oscar (Ertumba).

Otro rato después, estariamos saboreabdo los cinco unos sabrosos y reconfortantes zumos de cebada. En resúmen, una mañana memorable. Otros protagonistas distintos a los del año pasado pero que me hicieron pasarlo igualmente bien.

Quizá corra esta carrera el año que viene.

sábado, 1 de agosto de 2009

Videos Trofeo San Lorenzo 26-07-2009

Los puntos kilométricos en que grabé estos videos no los sé con certeza.

Quizá sirva como referencia la hora en que los hice. Aunque tampoco es muy precisa, porque hay un pequeño desfase de unos minutos en el reloj interno de la cámara con la hora real. A ver si lo corrijo.

VIDEO 7014 HORA: 09:13



VIDEO 7018 HORA: 09:26


VIDEO 7019 HORA: 09:43



VIDEO 7022 HORA: 09:47