jueves, 11 de marzo de 2010

La Tragamillas - La crónica - (Un agradecimiento)


Un agradecimiento:

De bien nacido es ser agradecido, así que antes de seguir adelante, es deber obligado dejar aquí mi gratitud a la labor hecha conmigo por Alfonso - Olga y Alfonso (Halfon) – en esta carrera. Hizo las labores de una impagable liebre llevándome a ritmo desde pasado el K13 hasta el K17, donde ya me terminé de soltar. “¡Animo, Pepe! ¡A partir del 17 es tuya!”

Pasado el K13 en 5:22 y a una media de 5:30, Alfonso se puso a mi altura. Se había quedado solo, Olga tuvo que abandonar por lesión. Espero que no sea nada, Alfonso y que se recupere pronto.

- Voy contigo – me dijo -. ¿A qué ritmo quieres ir?

Aún no habíamos entrado en el pueblo, creo. Hasta entonces, había mantenido un ritmo más que alegre para mí capacidad. Le dije que como mínimo quería mantener esos 6:30 a los que iba. Me serviría para no hundirme, recuperar un poquito y pasado lo crudo de la carrera, intentar volver a ir a 5:15 – 5:20 el kilómetro, que era como había llegado a ir momentos antes desde el K10. Llevé ese ritmo y comprobar que podía mantenerlo me dio esperanzas.

- ¡Vamos allá! – me contestó.

Y allá que nos fuimos. Pegado a él como una lapa, sin dejar resquicio para la fatiga, manteniendo el tipo, no pensando en lo duro de la subida, sino en el alivio de lo que vendría al terminarla. Erguido, intentando llevar una buena respiración. Acordándome del pasito corto pero eficiente de Rafa, braceando como me enseñó el Jefe. Cualquier motivo me servía para acordarme de alguno de vosotros.

Llegó el conocido túnel. Quedaba poco para el K17. Seguía manteniendo el ritmo. Veía que podía. El K13 había caído en 5:22. Los K14 y K15 cayeron en 5:34 y 5:57. Bajamos a 5:42 para el K16. Alfonso me avisa de que queda un último repecho para llegar al K17. Esto me hace apretar los dientes y echarle más leña a las piernas. Consulto mi disco duro y visualizo la cuesta de Miguel Hernández. “A ver para lo que me han servido esas series” me digo. Lo pasamos en 5:14. Parece que las series han servido de mucho.

Alfonso me suelta. Nos despedimos. “¡Toda tuya!” me dice. Le doy las gracias y me voy. Poquito a poco. La respiración bien. Con eso gano mucho. Consulto de nuevo mi disco duro. Visualizo el error de Getafe al cambiar bruscamente de ritmo y trato de no volver a caer en él. Paulatinamente voy alegrando el paso. El paso por las calles no puede ser más alegre. La gente animando muchísimo, la música de las fanfarrias, los niños chocando las manos. Pienso en ello ahora y me emociono. ¡Esto da alas!

El K18 cae en 5:20. Toca recuperar un poco. No quiero estrellarme. No hago más que adelantar a corredores rezagados. Esto desde que empecé a dar guerra en el K10 cuando me despedí de Miguel en las calles del pueblo. Cada adelantamiento es una dosis extra de motivación. Llegué a ver en la pantalla del ritmo un tiempo de 4:44. Me asusté. ¿Yo a 4:44 después de 18 kilómetros?

El K19 cae en 5:47. Hago lo posible por mantener ese ritmo mínimo. Llevo un pulso buenísimo de 162px’ que me servirá para rematar. Pequeño susto con el gemelo izquierdo que se queja al terminar de subir un repecho de tierra. No va a mayores.
Ya sé que no voy a hacer marca, tampoco la buscaba, pero si hacía 2:12, comparando esta carrera con la de Getafe (2:08), ya me podía dar con un canto en los dientes.

Trato de pensar en una sensación que tengo y es la de que estoy sobre un rodillo que va a una velocidad constante y que tengo que tratar de ir a la velocidad justa para que no se pare y caerme. Vuelvo a recordar el paso de Rafa.

Miro atrás y sigo viendo a Alfonso que me sigue no muy lejos. Creo que no quiere perderme de vista. Me vigila y se lo agradezco. Me siento seguro teniéndole cerca.

Puede estar mal que lo diga, pero me siento grande. Consigo llegar al K20 en 5:50. Es el momento. Queda la calle que lleva al estadio. Al girar veo las torres de luces. Esto se acaba. Recupero algo para hacer una buena entrada en las pistas. El K21 cae en 5:39. No es mucho pero ahí queda. Al entrar en las pistas del polideportivo me adelanta alguien dando un pequeño tirón. No le pierdo de vista. Le dejo ir. Uno que no sabe que Pepemillas resucita a cien metros de la meta. Tampoco tiene por qué saberlo. No me conoce. Pero me va a conocer.

Ambiente inmenso en el estadio. Inmenso. La gente, los corredores, la música otra vez… Recta final, vuelvo a sacar el hacha de guerra, aprieto, me acerco al corredor que me adelantó al entrar en las pistas. Me pego a él, dejo que sienta mi aliento en el cogote, le rebaso, menos de 50 metros… no hago más que rebasarle y suelto mi grito de guerra que se tuvo que oír desde la calle.

En el reloj de la pista veo 2:11 y unos segundos. Descontando lo que hay que descontar, sé que serán 2:10 y algo. Había vencido a las 2:12 que había calculado. Otro logro.

Brazos en cruz, levanto los índices al cruzar la meta. Uno para Germán y otro para mi amigo Julio. Ahí me acordé de Carles Aguilar entrando en la meta de Donostia. Tragamillas terminada, y yo enamorado de ella. Tiempo oficial: 2:10:44.

Reencuentro con los amigos. Felicitaciones. Abrazo con Alfonso. Impagable lo que hiciste. Muchas gracias. No tienes precio como liebre. ¡Fabuloso! Te debo buena parte de este tiempo conseguido.

Desde los primeros momentos busqué a Miguel pero no le veía. Mister, si te llego a ver nada más pasar la meta, te aplasto en un abrazo. Luego ya pude encontrarle. ¡Qué carita tenía al verme!

Tragamillas me ha hechizado. Volveré.

Ahora, a seguir limando flecos, a seguir mejorando y aprendiendo. ¡A por otra! ¡A por Mapoma! ¡A por lo que sea! ¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh!!!! ¡¡¡¡Bien!!!!


(La crónica no ha terminado. Lo siento. Queda por contar...)

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Esta parte de la crónica no la he escrito en casa. Tampoco en el trabajo. La escribí anoche en la fría sala de espera del hostpital en el que fue ingresada ayer mi madre. Allí he pasado las últimas 24 horas.

14 comentarios:

  1. Pepe, que todos eso ánimos que tienes se los des a tu madre de mi parte.

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  2. Pepe, ánimo con lo de tu madre.

    Un placer poderte acompañar esos kilómetros, tienes un Mapoma por delante esplendido.

    Desde luego el Miguel Team no tenéis precio.

    Espero que coincidamos en algún punto del recorrido.

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  3. Pepe, lo primero, todo lo mejor para tu madre, espero que se recupere de lo que tenga ya me contarás.
    Y otra cosa, por mucho que te acuerdes de mis "consejos", no harías nada de nada sin unas piernas que respondiesen, las tuyas, y un coco motivado y a prueba de bombas, como el tuyo.
    Y esas dos cosas (piernas y coco), son de propiedad exclusiva de PEPEMILLAS.
    Un abrazo campeón.

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  4. Pepe, cuida a tu madre, que salga de ahí pronto, tu haz de liebre que ella te seguirá en su carrera de la vida.-

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  5. Pepe, espero que no sea nada lo de tu madre y se recupere lo antes posible.

    Un abrazo

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  6. Bonita crónica, Pepe. Espero no sea nada lo de tu madre y se mejore...
    Ciao

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  7. Gracia por hacerme revivir otra vez tu carrera, me ha hecho muy feliz.

    Espero que se recupere tu madre muy pronto.

    Un abrazo muy fuerte.

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  8. Animo y fuerza te envio desde Gavà, un fuerte abrazo macho!
    Oscar.

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  9. Mucho ánimo con lo de tu madre, espero que no sea nada
    Me llevaré la crónica a Segovia para ir leyéndola, a ver si me da parte de esas energías
    Un abrazo
    JUAN

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  10. Espero que tu madre evolucione positivamente y muchas felicidades por tu carrera.

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  11. Pepe, ánimo con tu madre. Espero que no sea nada.

    Preciosa crónica.

    Un fuerte abrazo

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  12. en primer lugar como debes haber heredado tu fuerza de tu madre, se que salís del hospital de la mano hoy mismo y os venís los dos mañana a tomar cañas.

    Por otro lado, a parte de este punto triste, me encanta leer crónicas de carreras en las que se transmite tanto disfrute, me llega la energía y la aprovecho, un beso

    fdo; perrillo chico ;-)

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  13. No está para nada feo que digas que te sentiste grande...¡¡¡es que eres grande, Pepitomiles!!!...
    Muchísimas felicidades por esa gran carrera, por tu ilusión y por tu energía y fuerza para contarnoslo desde un hospital.

    Espero que tu mami se mejore y no sea nada.

    Besitos, bonico.

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  14. Tenías una cara muy feliz al finalizar, ahora lo entiendo, jeje, me alegro de que la disfrutaras, merece la pena.

    Respecto a tu madre, espero que se mejore lo antes posible. Mucho ánimo y ¡suerte!

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