miércoles, 13 de octubre de 2010

Kilómetros en el aire

Llegó el día en que perdí la cuenta de las semanas sin aparecer por aquí. Demasiadas cosas encadenadas me lo impidieron. Cosas, unas que escapan al control de uno y otras que también vienen por sí solas, como consecuencia de las primeras y que tampoco se pueden evitar. Una de ellas, lo confieso, es la desgana. Llegué a quedar atrapado en ella.

Tienes ganas pero no tienes tiempo y terminas el día diciéndote. “bueno, lo dejamos para mañana”. Y resulta que al día siguiente tienes tiempo, pero… pero no tienes ganas, estás cansado. A veces, incluso abatido. Esas semanas de doce o trece días de trabajo consecutivos con turnos que te rompen la moral, te van minando aunque no quieras tener ojos para verlo. Pero lo cierto y verdad es que te van minando poco a poco hasta verte absorbido por una rutina diaria que no deseas.

Así ha sido el último mes. Poca actividad en la red, por no decir ninguna. Hasta el punto de encontrarme una cuenta de correo saturada y bloqueada por falta de uso. Unos lectores que aburridos de esperar se habrán ido a lugares más entretenidos. Así es. Perdí la cuenta también de las citas a las que me vi obligado a faltar por imponderables. Uno de ellos, el fallecimiento de mi suegro tras un largo periodo de enfermedad que nos tuvo a todos en vilo durante semanas.

Vi pasar de largo ante mí una serie de carreras una tras otra. Carreras que tenía previstas como parte de la preparación para el Medio Maratón de Moratalaz en Noviembre. A una tras otra dije que iría y no pude ir – perdona, Miguel-. Tampoco pude acudir a la Quedada Bloguera de Soto del Real en Septiembre – perdona, Rafa -, con la que estaba comprometido. Pero así y todo, he sabido arañar el tiempo suficiente para no estar inactivo en lo que se refiere a la práctica de ejercicio. Quitándome horas de sueño por delante o por detrás, he podido mantener una cuota de un mínimo de cuatro días a la semana con una media de 30-35 kilómetros. No son los 45 mínimos que me había marcado, pero me han servido para mantenerme al pie del cañón. Eso, y conseguir los cinco días de ejercicio alguna semana que otra, me daba esperanzas de que todo cambiaría a mi favor algún que otro día.

Como ya he dicho, son decenas de kilómetros que se quedan en el aire y sin su correspondiente crónica.

En estas semanas en que mis piernas no han dejado de hacer decenas de kilómetros, he tenido oportunidad de hacer cosas nuevas. La falta de kilómetros hechos a pie, la he complementado a menudo con la bici haciendo un entrenamiento cruzado que me dejaba siempre muy buen cuerpo. La siguiente rutina ha sido muy habitual en las últimas semanas: Al trabajo en bici, del trabajo a casa en carrera. Al día siguiente, si no iba mal de tiempo, al trabajo en carrera y la vuelta en bici. Si iba mal de tiempo, al trabajo en coche y vuelta a casa con la bici. Sobre este patrón me he movido todo el mes de Septiembre completando también decenas de kilómetros de pedaleo. Siempre doy un rodeo más o menos grande para acumular la mayor cantidad posible de kilómetros en bici. Hoy por ejemplo, he venido al trabajo en bici, y volveré de la misma manera. Si ese esguince no estuviera aún tan fresco, volvería a casa a la carrera. Pero prefiero dejarlo sanar adecuadamente. Con la bici no siento ninguna molestia.

Si digo que la bici no me causa molestia alguna con el esguince, es por algo. Lo que hice ayer en compañía de mi pequeña Miriam, me lo confirmó. Hicimos juntos 32 kilómetros de carril bici tomando como destino el Parque Lineal del Manzanares. Fuimos a visitar a la Dama del Manzanares como es preceptivo. Dimos unas vueltas por allí, comimos y vuelta para casa. Miriam quedó encantada con ese parque. Previamente hicimos parada también el parque de Vicálvaro, que también la gustó mucho. Ahora se puede pasear por él sin problemas de falta de agua y no como en pleno verano. Entonces no creo que la hubiera gustado tanto. Por cierto, ¡encontré una fuente que funcionaba! ¡Sorprendente!

Tengo que decir que Miriam se comportó como una jabata. ¡32 kilómetros en las piernas de ese cuerpecito y la costó decirme que no podía más! Eso fue al regreso. La vuelta a casa en bici desde allí es dura. Más aún para ella. Paramos cuantas veces hicieron falta. Unas para estirarnos en la hierba, y otras simplemente para caminar cuando las cuestas eran costosas. Miriam ya no podía con ellas ni con los cambios más blandos que podía encontrarle.
Llegamos a casa a las 7 de la tarde. Habíamos salido a eso de la 1 de la tarde, pero entre lo que nos entretuvimos en el propio parque y las paradas previas para ver esto o aquello, la ruta no se hizo nada aburrida ni pesada. Tuve buen cuidado de que esto no pasara. Y para colmo, al final, fue capaz de hacerse unas cuantas Tetas de Palomeras con la bici pasando de una a otra sin mayor complicación.

Cogió la cama con ganas. Lo puedo asegurar.

Creo que ahora lo principal era contar esto. De lo demás, ya cuento algo más tarde. Hay una carrera pendiente que comentar la de San Nicasio de Leganés del Domingo pasado. A esa carrera sí que pude ir. Ahí sí que hay para contar.
Como anticipo, para tranquilidad de quienes me vieron por allí. El esguince del pie derecho va sobre ruedas. Atajé la inflamación. Y del dolor inicial ya ni me acuerdo. No me ha vuelto a protestar. El tratamiento intensivo de Ibuprofeno, Traumeel y un par de baños de agua caliente con sal gorda – mano de santo para estas cosas -, que le apliqué, lo han mantenido a raya. Incluso el Lunes ya no me dolía. Mentiría si dijera otra cosa.
Aún así continúa el reposo en lo que al trote se refiere. Por lo menos hasta el Sábado o el Domingo. Aunque si no me molesta, no sé yo si tendré paciencia para tanto.

9 comentarios:

  1. Pepe,...Estabamos preocupados por tí. La verdad es que me quedo más tranquilo leyendo esta entrada. Lamentablemente comparto contigo la falta de motivación de los últimos días. Lo bueno (siempre hay algo bueno en todo), es que no hemos abandonado el ejercicio. Tiempo habrá para hacer mejores resultados,...En lo personal, lamento muchísimo lo que has comentado. Recibe un abrazo, amigo

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  2. Pepe, sólo te puedo decir que celebro que vuelvas a escribir.

    Un abrazo amigo.

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  3. Pepe... Me alegro muchísimo de tu reentré... I también de que no hayas parado de entrenar... De vez en cuando hay que hacer un pequeño esfuerzo para superar la rutina..!! Saludos..!!

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  4. Yo también estoy feliz por tu reaparición, te echaba de menos. Mejora tu lesión y no tengas prisa hasta estar plenamente reestablecido. El tobillo soporta muchos impactos y hay que cuidarlo.
    Muchos ánimos y renuncia a la amistad con el tal desánimo, es mal compañero de aventuras.

    Un abrazo

    Santi

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  5. Me alegro mucho de que sigas al pie del cañón. Si es que estamos todos a mil cosas y a veces falta tiempo. Demasiado trabajo.

    Buena pàliza le metiste a Miriam, 32kms en bici no son moco de pavo, sobre todo la vuelta desde el Lineal a tu casa toda cuesta arriba...

    Eso sí, imagino tu cara de papá orgulloso y feliz...

    Una pena que no esté en Madrid el día de la media de Moratalaz, que estaré en la Behobia. Si no, me la hacía contigo disfrutando.

    No estaría mal que te plantearas hacer la de Villaverde el 28, esa, dos semanas antes de mi maratón de Castellón, me la hacía seguro contigo tranquilamente.

    Un fuerte abrazo, amigo.

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  6. Me alegro de que estés bien y de saber que sigues corriendo.
    un abrazo

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  7. Holaa Pepe, se te ha echado mucho de menos!! Eres muy fuerte y tienes un gran corazón.

    Me alegro que de nuevo estés de vuelta!!

    Bss

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  8. Hola Pepe, veo que corres poco y eso no está bien para preparar el MM de Moratalaz, aunque es disculpable porque no todos los meses tenemos los mismas situaciones anímicas. Lo que no es disculpable y me dejas muy preocupado es porque no he leido que estuvieses entrenado el supergrito de entrada a Meta. Mejorar el del año pasado te va a costar mucho si no lo entrenas.

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  9. Bueno Pepe, lo importante es que lo que tienes en casa ahora esté bien y tú tambien para disfrutarlo, ya vienen los días buenos para disfrutar del buen trote en solitario y con compañía.
    Vigila bien ese esguince y cúralo como se merece.

    Un abrazo.

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