sábado, 14 de mayo de 2011

12 Kilómetros en la Laguna del Campillo.


Es un lugar que yo siempre he conocido como las Lagunas de Arganda o de Rivas. Se conoce que al hacer las reformas con las que han acondicionado este rincón natural como zona de ocio y recreo, también le han puesto un nombre que para mí era desconocido.

Hace años, casi veinte, este era uno de mis rincones de pesca preferidos. Ni las carpas, ni los barbos se me daban mal. Incluso creo reconrdar que alguna vez saqué algún que otro lucio con cucharilla. ¡Qué tiempos aquellos!



En este humedal, cuya historia está brevemente explicada en el rótulo de la primera foto, habita un gran número de aves acuáticas. Lo recuerdo más salvaje de lo que es ahora.  Nunca había ido allí a correr. Mis visitas iban siempre encaminadas al disfrute de la pesca o a pasear con la familia.

Curiosamente, inspeccionando la orilla me encontré esto...

Una veleta de pesca perdida u olvidada
por algún pescador. Lo cuál me indica que
sigue siendo un buen punto de pesca.

Pero a lo que había ido ayer, era a correr. A reencontrarme con viejos recuerdos, pero principalmente a ver si el terreno se prestaba a ser un buen lugar de entreno. Y lo es. ¡Vaya que si lo es! El perímetro de la senda que rodea esta pequeña laguna, mide algo más de cuatro kilómetros. Es cómodo y llano excepto por un par de pequeñas tachuelas en el terreno que le dan su toque de pimienta. Muy apto para tiradas largas. Así es como yo lo veo.


Este es el par de pequeños repechos que se pueden encontrar en el recorrido. Nada del otro mundo para nadie.


Han dejado este lugar pero que muy bonito, las cosas como son. Hay incluso un aparcamiento que antes no tenía. Han habilitado puestos de pesca, observatorios de aves, y hasta un merendero en una zona sombría para comer en plan familiar. A muy pocos minutos de mi casa por la carretera de Valencia - unos 15 ó 16 kilómetros -, se me antoja como un sitio que visitaré con frecuencia de aquí en adelante.




Siguiendo esta senda que va paralela a las vías del tren de cercanías, por donde una vez circuló el tren de Arganda, se recorren dos kilómetros casi rectos por el lado más largo.




También han habilitado un Centro de Educación Ambiental...



En la recta inicial de dos kilómetros, hay un curioso tramo donde debes pasar haciendo zig-zag entre unos imponentes cipreses...




Terminada esta recta, bordeamos uno de los extremos de la laguna, desde donde se puede contemplar la lámina de agua en toda su extensión.


Y para darnos un remojón por vuelta o beber unos tragos, tenemos esta esupenda fuente bien resguardada a la sombra esperándonos...


La anécdota de la mañana estuvo marcada por algo que sucedió nada más aparcar y mirar al frente. No podía creer lo que veían mis ojos. Hacía muchos años que no venía por aquí. Demasiados. Lo curioso es que en esta laguna fue donde vi por primera vez hace casi 15 años, una amapola como la que podéis ver abajo.



Sorprendente, ¿verdad?

Bueno, pues ayer, como volviendo al pasado, a un pasado de buenos recuerdos, nada más aparcar, mis ojos pudieron contemplar este espectáculo...

¡¡Docenas de amapolas blancas dándome la bienvenida!!

¡¡Espectaculares!! ¡¡Hermosas!!







¡¡Pero qué bonita es!!

Por un momento llegué a pensar en la posibilidad de este sitio como lugar de encuentro para una futura Quedada Bloguera, pero su recorrido es bastante escaso como para eso. Sin embargo no es la única laguna que hay por allí. Hay muchas más y más grandes. Prometo estudiar el terreno y en breve daré noticias de esta convocatoria.

Cabe decir que para hacer estos 12 kilómetros, me llevó 1:26:32. Esto, teniendo en cuenta que para hacer los cinco primeros, tardé 45 minutos. Hacer esta larga serie de fotos en la primera vuelta explica el por qué. Luego ya no me paré tanto. Me dediqué más a correr y no tanto a contemplar el paisaje. Me concentré más en el ejercicio y en el ritmo, aunque siguió siendo difícil por momentos no detenerme de vez en cuando.

Quiero añadir que estos 12 kilómetros se los dedico a Manuel Binoy, que aunque ya ha vuelto a la actividad, ha pasado unas semanas de inactividad obligatoria por temas médicos. Algo que en no es lo natural, tiene que haberle costado mucho sobrellevarlo con paciencia. ¡Un abrazo, Manuel!

7 comentarios:

  1. Estupenda propuesta y muy bien documentada Pepe! Y no sabía que existían las amapolas blancas (ay, ignorancia botánica la mía). Gracias por la aportación y me alegro de que disfrutarás de este buen entrenamiento.
    Un saludo

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  2. Bonito paisaje. Debe ser una gozada correr por ahí.

    Salud!

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  3. Buen entreno, y mejor sitio, parece idóneo para tiradas largas como bien dices, buscaré a ver como se llega...

    Un saludo,

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  4. Muchas gracias, Pepe; de verdad que te lo agrdadezco de todo corazón; sólo me queda mandarte un fuerte abrazo; ahí va, campeón.

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  5. Charli, si estás disponible una mañana de estas, me ofrezco a llevarte y rodamos juntos. ¿Te parece?
    Un abrazo.

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  6. De nada, Manel. ¡Y que caigan muchos más! Será un placer.

    Román, cuando voy a sitios nuevos, me gusta hacer de corredor reportero. Es como los que van a zonas de guerra, pero menos arriesgado.

    Gustavo, bienvenido y gracias por seguirme. Lo es. Te invito a conocerlo al igual que le he dicho a Charli. ¿Qué te parece? Ya me cuentas.

    Yolanda, a ver si te cuento algo de esas amapolas. Te sorprenderé. Seguro.

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