martes, 8 de noviembre de 2011

¿Evolucionando cual Pokémon?


No, no corro más rápido. No tampoco llego a ningún sitio en menos tiempo que antes, que viene a ser lo mismo. Ni subo cuestas igual que las bajo. No van por ahi los tiros.

Creo que he empezado a valorar los entrenamientos por otras cosas de más importancia que la velocidad. Sigo buscando correr mejor, que es por donde creo que hay que ir. He llegado a la conclusión de que cosas como la seguridad, y la confianza son más importantes.Dadas mis limitaciones para la velocidad, creo que debería enfocarme en conseguir una resistencia y un ritmo que me permitan ir durante más tiempo.con la tranquilidad de ver el momento de dar con la chispita de un trote más vivo con la garantía de aguantarlo y de que no se me acabe el combustible antes de tiempo.

Por encima de esto, valoro más que nunca las sensaciones percibidas durante el entrenamiento. Las de sentirme más fuerte. Las de percibir que las distancias se acortan cada vez más. Que los puntos del recorrido por el que entreno, y que visualizo antes de hacerlo, cada vez llegan antes, aunque mi carrera no sea más rápida. Esto me ahorra agobios y angustias innecesarias calculando más lo que queda que lo que llevo hecho. Sensaciones como las de ver lo bien que recupero al terminar las cuestas que respeto para afrontar la siguiente como si volviera a ser la primera por la que paso. Las cuestas ya no se me atragantan tanto como antaño, y mientras aún no las he terminado, ya estoy pensando en el periodo de recuperación que vendrá cuando terminen, antes de que venga otra a esperarme.

Sensaciones como las que me quedan al mirar los gráficos y ver que cada vez llevo durante más tiempo un ritmo constante sin altibajos, según me dice la línea azul. Eso es lo que procuro perseguir.O que la media del pulso se mantiene en unas cifras bastante más decentes que hace tiempo...

Todas esas sensaciones sumadas, me van dando una tranquilidad que antes no tenía.

Son mis límites y con ellos debo jugar para seguir disfrutando de lo que tanto me gusta. Mis entrenos no rozan la estratosfera, mis competiciones no acarician el paraiso de grandes marcas, pero esos segunditos que voy arañando de vez en cuando, me dan la medida de lo que puedo llegar a hacer simplemente con la confianza en mí mismo y la seguridad de que puedo más de lo que me creo. A mí un segundo menos ya me hace feliz. No necesito más.

¿Puede ser esto evolución? Quiero creer que sí. Al menos me hace sentirme bien. ¿Qué digo bien? Me hacen sentirme como nunca.

Números (que no siempre lo son todo):


El Lunes: 32'32" para 5,2 Klm con media de 6:54. Pulso medio 158ppm. Rematando a ritmo de 4:44.
Este es el gráfico resultante:
Ayer Martes, trote a las 21:38 con algunos detalles que conviene saber. Trabajé desde las 10:30 de la noche del Lunes y a las 6:30 de la mañana del Martes. Mientras veía cómo mis compañeros de la noche se iban a sus casitas, yo me quedaba para seguir hasta las 14:30. 16 horas de turno. Salí molido. Al llegar a casa el mundo se me vino abajo cuando supe que tenía reunión en el Instituto de mi hija a las 6:30. de la tarde. Poco márgen me quedaba para dormir algo. Apenas un par de horas después de comer algo. Al menos la reunión no se prolongó mucho. Al llegar a casa, otra cabezada reparadora. Me despertó un calambrazo (cómo no) en la pierna derecha a la altura de la pantorrilla. Dolorosísimo, parecía que me estaban dando bocados perrunos. me levanté y me di unas friegas de aceite de romero. Mano de santo. A eso de las 9:00, mi santa me coge de una oreja y me dice: "Anda, sal y vete a correr por ahí un poco". La propuesta me sorprende pero la acepto. Al no notar nada alarmante en el gemelo acalambrado, me animo me visto y salgo para hacer algo más del recorrido de la media de Moratalaz.

Esta vez el plan pasa por hacer las cuatro cuestas del recorrido completas (punteadas en rojo en la foto). El Lunes sólo hice dos y a la altura del punto amarillo me desvié hacia mi casa. Ayer no. Ayer continué siguiendo fielmente el trazado de la carrera para hacer las otras dos. No sentí nada insoportable ni con ellas ni en el gemelo. Contentísimo. Subiendo y rematando la última cuesta para desembocar en Fuente Carrantona, llegué a ponerme a ritmo de 4:14. La cuesta del Polideportivo me supo a miel. Nunca creí que diría esto de esta cuesta.


Los números salieron así: 39'32"" para 6 Klm con media de 6:42. Pulso medio 158ppm. Rematando a ritmo de 4:14 en subida, aprovechando que el gemelo no daba muestras de que le pasara nada alarmante. Misión cumplida. Vuelta a casa a trote megalento.
El gráfico resultante:


¡Pero qué pesado soy para contar sólo un par de entrenos!
Cinco días para el Medio Maratón de Moratalaz.




4 comentarios:

  1. Con esos turnos machacantes y aún te quedan fuerzas para tenerte en pie, eres un fiera.
    Buena forma de plantearse el futuro inmediato, ten por seguro que con esa filosofía los buenos resultados los tienes garantizados.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. buenos entrenos de cuestecitas, todo preparado para el domingo...

    ResponderEliminar
  3. Demasiado bien sabes tú, Raúl lo que con nuestra profesión y nuestros turnos nos cuesta a veces tener que sacar hasta de donde no hay.
    ¡Vamos a por esos resultados!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. En esta carrera bien vale avisarle al cuerpo y a las piernas lo que se va a encontrar el Domingo. Yo lo tengo comprobadísimo. Sirve de mucho.
    ¡Nos vemos en Moratalaz, Jan! ¡Por fin!

    ResponderEliminar

Pepemillas espera tu opinión