viernes, 11 de junio de 2010

Rompiendo cadenas




Viernes 11 de Junio. Quinto día de la semana. Ni un solo kilómetro trotado. Seis horas de sueño en los últimos dos días; las que dormí anoche. Junio, sexto mes del año y como de costumbre tengo que decir aquello de que “ni me he enterado”.

Con los turnos de trabajo de esta semana en la mano, de 12 ó 16 horas, sabía que iba a ser una semana difícil desde que empezó. ¡Y vaya que si lo está siendo! Una semana tan gris y oscura como el cambio climatológico que hemos tenido. En los últimos dos días no he oído ninguno de los despertadores que me pongo habitualmente. Ni siquiera el teléfono móvil pegado a la oreja. Esto ha hecho que llegara tarde a trabajar por la mañana. Con el agobio que supone no poder dar una explicación aceptable, no poder aparcar, perdiendo casi otro cuarto de hora en hacerlo estando en las mismas puertas del trabajo, uno entra asfixiado, desorientado y esta sensación no le abandona a uno durante horas.

Me he sentido durante días exprimido, exhausto, reventado, agotado, viviendo al límite tanto en un extremo del día como en el otro. Mi cuerpo ha protestado numerosas veces por la falta de su ración de ejercicio a la que está acostumbrado... Me satisface saber que he tenido tiempo para todos los que me han necesitado, pero el rédito a cambio de esto ha sido pobre, muy pobre. Estas sensaciones no las tengo cuando entreno sea a la hora que sea, ni haciendo series a las 4:30 de la mañana. Entonces mi cuerpo no protesta; es feliz.

Esta semana he visto cómo se terminaban los días sin margen posible para un ligero trote que me reconfortara. Los he visto terminar y empezar sin haber cerrado los ojos. Ha sido una semana angustiosa. Agónica. Agobiante. Arrolladora. He sentido el peso de unas gruesas cadenas alrededor de mis tobillos.

Arriba, donde pone “Viernes 11 de Junio. Quinto día de la semana”, realmente ponía Jueves 10 de Junio… y anteriormente, Miércoles 9 de Junio… Y esto es porque estas líneas las empecé a escribir el Miércoles, pero no las pude terminar y no llegué a subirlas. Desde entonces hasta hoy la tónica ha sido la misma. Salvo unas pocas visitas a otros Blogs, viendo con envidia vuestras actividades, no he podido ocuparme mucho de mi Blog ni de dar respuestas a vuestros comentarios. Hoy, aunque ya tarde, lo haré.

Hoy Viernes, he terminado con estos turnos de mañana, y aunque este fin de semana trabajo, me siento tan relajado como si lo librara. Hoy – he llegado tarde de nuevo -, ha sido un turno de 8 horas y eso ha ayudado mucho. Ocho horas en mi trabajo, pasan muy rápido con la intensidad con que se trabaja. Salir a las 14:30 es algo que psicológicamente se agradece mucho. Te cambia el chip saliendo de trabajar a la luz del día.
El fin de semana lo trabajo de noche. Saldré a las 6:30 de la mañana, después de turnos de 12 horas. Va a ser así durante cuatro días. Hasta el Martes. Esto lo veo como un premio, como un dulce, como una golosina, porque sé que durante las horas diurnas, desde que salga de trabajar, mi cuerpo va a estar dispuesto y predispuesto a lo que le pida. Podré retomar el ritmo habitual de mis entrenos matutinos. Esos entrenos que por suerte sí están a mi alcance. En los próximos días me cobraré la debida venganza.

¡Madre mía! Cinco días sin entrenar. No he conocido esta situación en catorce meses que llevo entrenando. Ni en los peores tiempos. No me parece que esté hablando de mí. Quiero creer que llegarán mejores horas en los próximos días. Que recibiré el premio que merezco. No abandono mi lado más optimista ni en las más duras. No quiero abandonarlo.

¿Por qué? Todo esto tiene un solo por qué. Porque me gusta correr. Y me doy cuenta de que esto se ha convertido en una actividad irrenunciable de mi vida. Forma parte de mí. La necesito, la quiero, la amo. La amo en la más extensa acepción de la palabra. Correr es volar para mí. Correr, cubrir grandes distancias, cuanto más grandes, mejor. Despreciando al cansancio, e incluso al crono. Despreciando a la sed, al calor, al sudor. Saber que mi cuerpo se desplaza, que desaparece en un apunto y aparece en otro a muchos kilómetros de distancia, es algo que me hace sentirme bien, muy vivo.

A veces me pregunto si esto – esto del correr -, no es comparable a una droga. Al igual que con ellas, yo necesito más de esto. Antes, cuando corría media hora o tres cuartos, y veía lo de correr durante una hora como una barrera psicológica, como una frontera, no lo notaba tanto. Ahora correr durante una hora es lo mínimo que necesito. Correr menos de ese tiempo no me satisface tanto. Lo hago pero no me llena. Veo que simplemente necesito “más de esto”. Tratándose de cualquier droga, unos gramos, dicen que no bastan llegado a cierto punto, que se necesitan más gramos para satisfacer la necesidad que se tiene de ella. A mí con esto del correr me pasa lo mismo. Necesito más. Y debe ser porque mi organismo ha entrado en una dinámica distinta, tengo un fondo que cada vez me pide más. Más tiempo, más distancia, más esfuerzo. Mi organismo tiene hambre y sed de kilómetros. Lo noto. Lo sé.

Corriendo, desplazándome, deprisa o lentamente, viendo que lo que parece imposible se hace realidad, disfrutando del “efecto rodillo”, me siento Filípides, Zatopek, Mariano Haro, Roncero, Fiz, Antón, Mister Miguel, Binoy, Carles, Hervás, Crusti, Jan, Juan, Raúl… Celina, Raquel, Tecolinha, Fara, Tania…y tantos otros que habitan en mi cuerpo y en mis venas.

En los próximos días lo sabré bien. Porque… me gusta correr.

Me he quedado muy a gusto expresando todo esto a lo que le llevo dando vueltas durante días. En parte se lo brindo a quienes todavía piensen que estoy loco. Puede que sí, pero siempre diré lo mismo: bendita locura esta.

Hacía tiempo que quería expresar todo esto. Me podría haber extendido más. De hecho hay pensamientos que tenido esta semana que ahora se me escapan. Pero con esto basta. Puede que sea un buen principio de lo que quede por venir. De lo que quede por llegar y por vivir.

Me gusta correr.

Abrazos y gracias para todos.

P.D.: Hacedme un favor: pasároslo bien mañana en la V Quedada del Parque Lineal del Manzanares. Pasároslo bien por vosotros y un poquito por mí, ya que no podré acudir.

9 comentarios:

  1. Pepe, dale cumplida venganza a tu inactividad correril.

    Un abrazo máquina

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  2. Entiendo perfectamente lo que dices y lo que sientes, son muchos los factores en común que tenemos. En el tema deportivo te puedo decir que te lo tomes como un descanso merecido a todo lo entrenado hasta ahora, tampoco hay objetivos importantes en el horizonte para que no lo puedas hacer, cuando retomes de nuevo los entrenos estarás más motivado y fuerte. Respecto al tema laboral... que te voy a decir, paciencia Jose, nuestro mundo laboral es duro, pero que "cojones" ¡¡¡PODEMOS CON EL!!!

    Un abrazo, máquina.

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  3. Parar de entrenar si no se esta lesionado es muy complicado, pero al menos tiene sus puntos positivos: reparar la musculatura, reafirmación personal de corredor y un montón de ganas que veo que le echas. No todo es malo.

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  4. Te comprendo Pepe. Yo llevo parado desde el 5 de Enero (no quiero ni contar los días) y he pasado etapas duras. Es una mala racha; pero como bien dice Ra, el descanso (si no es prolongado), también es bueno. No iría mal que no pensases en correr para que también descanses psicológicamente. Cuando puedas correr de nuevo de manera regular...a por todas!!!!
    Un abrazo

    Santi

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  5. ¡Claro que podemos con él, Miguel! Con él y con más. Somos de otra pasta.

    Lo tomaré como eso, como un descanso. Sin hacer números ni cábalas. Todavía puedo dar gracias de no estar lesionado como en el caso de Crusti. Eso sí que es duro.
    ¡Si es que no tengo boca para dar gracias!

    Las ganas están intactas, RA. Eso ya se verá cuando me ponga de nuevo en marcha.

    Carlitros, hoy mismo si todo se da como debe, empezaré a tomarme esa venganza. Será sabrosa.

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  6. si es que tus horarios son una pasada, pepe. Vaya palizas.

    Nada, tómatelo con calma, y aprovechando las oportunidades que tengas para salir a disfrutar...

    Un fuerte abrazo

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  7. ¡Y que lo digas, Jan! Con calma y con paciencia. No queda otra. Espero que no haya muchas semanas más como esta. O por lo menos que tarden lo más posible en aparecer.

    Mañana será el estreno. Hoy tampoco ha podido ser. Entre compras y visitas familiares ha habido que aplazar un día más el reenganche.

    Voy a ver si encuentro noticias de la Quedada Bloguera. Espero que todo haya ido bien y que no os hayáis mojado mucho.

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  8. Cuánta razón tienes en cada una de tus palabras Pepe!
    Esto es una droga y la necesitamos, qué le vamos hacer?! somos adictos :-)
    Como dice el Mister, tómalo con calma, no hay grandes objetivos en el horizonte y seguro que este descansito te vendrá fenomenal.
    Un fuerte abrazo,
    bss
    Tania

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  9. Tiempo tendrás de desquitarte, aunque pensando un poco en positivo, el descanso quizás te venga bien.
    Ánimo.
    Un saludo.

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