Ayer, mis 15 K. de bici pero suaves y tranquilos. Sumo y sigo.
Tenía los muslos (la parte delantera) muy cargados. Los sentía como piedras. Llegué a pensar que a lo mejor tenía que dejar la bici unos días. No era nada parecido a agujetas sino "cargados". En fin, que los hice suaves por si acaso. Hoy están como nuevos.
Al llegar a casa, me esperaba mi mujer para salir a caminar. Tres cuartos de hora a buen ritmo. Caminar, no correr, que también es buen ejercicio. Una buena caminata por el carril bici de Carrantona frente a La Chana. Ese es mi lugar. Ahora nuestro. De mi mujer y mío. ¡Qué bien me suena eso, Dios!
De regreso por el carril bici, nos cruzamos con Josero. "¿A dónde iba ese? ¿Le perseguían los mil demonios?" me preguntó Isabel. Jajajajaja... Y ahora te lo pregunto yo: ¿Te perseguía alguien? Jo..r chaval, qué forma de correr. ¡Y no le vi yo! ¡Me vio él! ¿A esa velocidad te da tiempo de ir viendo las caras de la gente, Cochero? Alucinante. Le robé unos segundos para un saludo... "Na, que voy en progresión..." me dice el tío. Sudando a chorros, a pecho descubierto y con la camiseta hecha un guiñapo en la mano. "Ese sí que tiene buena forma física" me dijo Isabel. "No lo sabes tú bien" la contesté. Y aproveché para contarle algo que me contaron hace poco de ti, Josero. ¿No sabes qué? Lo de ese Maratón en el que te quedaste dormido y llegaste tarde a la salida y fuiste, saliste, te zampaste al pelotón de cola y fuiste subiendo subiendo y subiendo puestos hasta quedar como si no hubieras llegado tarde a la salida. ¿Roma? ¿París? Eso no lo recuerdo.
Vaya charlatan que me he levantado hoy... pido disculpas. Josero te debo unos segundos de entreno. Espero que no te rompiera el ritmo de tu progresión. Siempre conseguís los del GGM que me sienta culpable cuando me encuentro con alguno de vosotros. Os estropeo los entrenos cuando os parais para el saludo.
Y la vida... la vida sigue...
jeje, llegamos a una edad, en la que ademas de mas viejos nos hacemos mas sabios y es cuando nos damos cuenta que lo mejor de lo mejor siempre lo tuvimos al lado y sigue ahi por suerte.
ResponderEliminarEse refrán es cierto. Muy cierto. Y casa con otro que ahora por motivos obvios me ronda constantemente por la cabeza. Es uno que reza:
ResponderEliminar"Nunca sabemos lo que tenemos, hasta que lo perdemos."
Gracias, Juan. Un abrazo.