Ayer sólo 4 kilómetros para soltar las piernas después del trago de Guadarrama. Sólo 4 pero a las 3 de la tarde y a treinta y largos grados a la sombra. Muy tranquilos, muy digeridos. En 27:18 a 6:49 de media y con el pulso entre 151 de media y 166 de máxima. Después un buen rato de piscina reconfortante.
Kilómetros 6:51, 6:46, 6:42, 6,37.
Dio tiempo de seguir meditando mucho sobre la Pedestre de Guadarrama del Domingo. Una de las cosas que cambiarán a partir de ahora, será lo de ir a cualquier carrera habiendo salido de trabajar a las 6:30 de la mañana. Ese hábito creo que va a quedar desterrado. Una cosa es entrenar y otra competir en esas condiciones. Y cuando te cruzas con una carrera más o menos llevadera, vale, pero cuando es una como la de Guadarrama... cambia mucho el panorama.
En esas condiciones he hecho muchas carreras y no me fue tan mal. Pero no es plan seguir así.
Ahora, después de recibir una clasificación por el correo, el regusto amargo que tenía de esta carrera se ha edulcorado un poco. Resulta que los 6:09 de promedio por mi crono, han sido realmente 5:45. Eso me suena mejor. El tiempo total que yo tenía de 1:03:12 casi lo clavo, porque fueron 1:03:22. Y luego en la General quedo en el 513 de 576 participantes. En mi categoría, quedo el 101 de 112.
Con todo, lo que más me ha sorprendido ha sido saber que he llegado por delante de amigos a los que no vi en el momento de adelantarlos. Y sé que salieron delante de mi y que los vi marcharse porque me quedé descolgado en la cola de carrera en el momento de la salida. Me distraje saludando a Rafa a quien vi en el último segundo. Creo que me estaba presentando a sus amigos de Soto del Real cuando sonó el pistoletazo. A parir de ahí que contigo, que no, que tú vete, que haz tu carrera, que con Juan, que con Santi y compañía... que no los veo... que dónde están... Por fin los veo por delante y me acoplo a Juan después de salir dando un tirón buscando a unos y a otros.
Ya con Juan y sin perder de vista las piernas de Juan Luis y Santi siempre por delante a unos metros, veo que vamos a 5 minutos. Eso no me gusta nada y se lo digo. Aflojamos. Sigo con Juan hasta poco después del K2, ahí decido seguir mi ritmo personal para atacar lo que quedaba de esa subida de 4 Kilómetros que se pone cada vez con peor pinta. Inacable, agónica, angustiosa. Sólo voy pensando en quemar metros y metros de suelo. Entonces fue cuando Rafa hizo algo más que mirarme de reojo. No hacía falta decirle nada, el me conoce bien cuando voy mal o incómodo.
Hubo momentos en el cuarto kilómetro en que de alguna forma me vino a la memoria el paso por la Casa de Campo en el pasado Mapoma. Aquellos deseos que tenía de salir de allí... "Rafa, sácame de aquí...", ¿te acuerdas Rafa? Pues fue igual, iba pensando: "que luego venga lo que sea, pero que se acabe ya esta subida. Unos pocos metros de llano para recuperar, por favor... Sólo unos pocos metros llanos..."
Y llegó el llano, y la pendiente prolongada de muchos kilómetros en los que ya me reencontré conmigo mismo. Llegué a hacer el kilómetro 5 en 4:50. Tal era la rabia que llevaba dentro por hacer el K4 en 7:50 más o menos. Pero Rafa, más cuerdo que yo en aquellos momentos me echó el freno de mano. Obediente yo, me acoplé al ritmo cabal que me iba marcando golpeandose el muslo y señalando al suelo con el índice. "Aquí..." me decía sin decirlo. Después de consumir más de 26 minutos en esos 4 kilómetros, no había mucho margen de mejora para recuperar el tiempo perdido así que a partir de ahí, a hacer lo que buenamente se pudiera. Cuando realmente me encontré cómodo y con un paso en el que sentía ir con fuerzas y constante, ya era tarde. Eso fue sobre el K7 más o menos. Del K10 al k11 volví a pasarlo mal. Peor hubiera sido si Rafa no me frena. Seguro.
Y ya la entrada final en el pueblo para llegar a meta, me dio las alas que me habían faltado antes. Qué esprint más bonito codo con codo con Rafa. Qué esprint final para entrar en meta. Ahí sí que me sentía yo mismo. Esos pocos segundos finales te devuelven siempre la alegría que hayas podido dejar tirada en las cunetas de los kilómetros anteriores. Vi de lejos en el marcador 1:03 y unos segundos y volé como un poseso para que no se cumpliera el segundo 30. 1:03:14... 1:03:16... faltaban muchos metros todavía... 1:03:18... la zancada cada vez más fuerte, dejé de mirar el marcador, más potencia a esa zancada... y paso por meta con la seguridad de que no se había cumplido el segundo 30. ¡Dios! ¡Qué bien me siento en esos metros finales! ¡Qué bien me siento por haber terminado la carrera después de haber pasado tan malos ratos.
Rafa, gracias de corazón una vez más. Perdona que no te siguiera el hilo de tus gracietas y chascarrillos en cada recodo en el que había público, pero sabes que no quería perder la concentración sobre mis pies. Si la llego a perder, malo. Que sólo me detuve para beber unos tragos de agua. Eso ya es bastante decir. Deseé parar muchas veces pero no lo hice. Y menos en la subida. Hubiera sido peor.
A los amigos, perdón por no quedarme luego. La hora se me echaba encima. Vi donde estaba La Chimenea y me pasé por allí, pero no habiais llegado todavía. Ya no podía quedarme más. Me estaba viniendo abajo como un castillo de naipes y había que hacer muchos kilómetros para volver a casa. Y las cosas como son, no iba en las mejores condiciones para conducir.
Ahora, a hacer muchas y muchas cuestas en mis entrenamientos. Esa es una de las moralejas que he extraido de esta experiencia. Le faltan cuestas a mis piernas para hacer algo como lo de Guadarrama con unas mínimas garantías. Es el momento de reencontrarme de nuevo con la calle Miguel Hernández. Como antes de Mapoma. A ver si con eso conseguimos algo. Se acabó el rodar llaneando. Hay que ponerse las pilas.
PD: Me cupo el honor de conocer por fin personalmente al Galgo de Manoteras. Y eso porque me saludó él a mí. ¡Qué risa! Si no haces el comentario de las truchas, de verdad que no caigo en ese momento. Un placer y que se repita.
Y ademas la equipacion te queda chulisima Pepe, jeje
ResponderEliminarPero vamos a ver llorón no te quejes tanto y piensa en positivo, a ver:
ResponderEliminar-Cuanta gente conoces que se meta 11 km. en una carrera por la sierra despues de salir de currar toda la noche?.
-No vives de esto, es solo un hobby que te tiene que dar satisfacciones, y ya no tenemos 20 años precisamente, por lo que solo el plantear correr con tus condicionantes de trabajo para muchos sería ciencia ficción, vamos ni se lo plantean.
-Cuentale a alguien que no haga ejercicio esto que haces y alguno ni se lo creera.
-Y encima te lamentas y estás molesto contigo mismo hummmm.
-Despues del momento "chungo" antes del Km. 4, supíste recuparte, recobrar tu ritmo.
-Desde el 7,5 pasamos a gente, recuerdas?.
-Y en los metros finales quedaron fuerzas para esprintar.
-Que más quieres?.
-Pon en la balanza lo bueno y lo malo y a lo mejor pesa más lo bueno y positivo, piensalo.
Así que no me llores más vale?.
Ahhhh, y un placer volver a correr contigo.
Un abrazo grande campeón.
Tu compi de carreras.
Suscribo las palabras de Rafa
ResponderEliminarYa les gustaría a muchos haber hecho la mitad de esto
Y en la carrera hiciste un gran papel, no te minusvalores, que esta carrera es muy dura. Nos estamos acostumbrando mal, en el sentido de que parece que 10 ó 11 kms, ya no son nada
En otro orden de cosas ¿quién es ese niño tan guapo que sale en la foto? Qué porte, qué mirada tan inteligente, qué estilo, qué dulce ¿de dónde lo sacásteis?
Un abrazo
JUAN
Don Juan, al niño nos lo prestaron para la foto, jejeje...
ResponderEliminarRafa, que no, que soy de teflón. Que a mí estas cosas me resbalan a los dos días. Ya estoy como nuevo. Aquí no ha pasado nada. Bueno sí, Pepemillas ha dejado su huella en Guadarrama, que no es poco. Volveremos a vernos.
Caiiiiii, ¿qué te parece? Llamó la atención mi equipación del Olimpo, no creas. Pensé que algo se me pegaría. Siento no haber hecho mejor papel con esa camiseta. La próxima vez será.
Abrazos para todos.