del terreno de Faunia. Una frontera que
espero pasar pronto por mis propios pies.
Me recordará que alguna vez logré pisarla
por mis propios medios.
Ampliaré posteriormente...
8 kilómetros camino del Faunia en 50:52.
A 6:21 con dos primeros kilómetros al estilo trepidante del GGM.
Pulso: 154 de media y 164 de máxima.
Posterior sesión de gradas de tres tandas completas más transferencia.
Impensable para mí hace meses. ¡Impensable!
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La noticia del fallecimiento de Xavi Novell
me dejó paralizado y no pude concentrarme
en escribir antes la crónica del entreno del Martes
con el GGM.
Vaya desde aquí mi abrazo para la
familia y amigos de Xavi.
Descansa en paz, compañero.
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Entrenamiento con el GGM - Martes 22-09-09 / La crónica
Atendiendo a la propuesta de Fernando (GGM) de hacer con ellos mi sesión de ocho k de ayer – la primera de 8 k -, me presenté en Pavones a las 19:30. Nos juntamos ocho componentes del GGM. Se cumplían justos dos meses (21 de Julio) de mi penúltimo intento de acompañarles en el recorrido de un Faunia.
Pensé que era una buena oportunidad de probarme a mí mismo. Objetivos había varios. El primero, hacer mis 48 minutos. El segundo, hacer los 8 kilómetros. El tercero era el reto de ver si era capaz de aguantarles más tiempo que aquella vez en que no llegué ni al segundo kilómetro de la ruta hacia el Faunia. Me descolgaría de ellos en algún momento y a partir de entonces, iría a mi ritmo hasta completar mi sesión, reencontrándome con ellos en el punto de partida de Pavones.
La tarde, ideal de temperatura. Empezamos bien. Siempre empiezan bien para mí. A los 500 metros nos dividimos en dos grupos de cuatro. Delante, Claudio y otros tres empezando a apretar el ritmo. Detrás, íbamos los otros cuatro. Pablo y Fernando a mis costados. Pablo siempre pendiente de mí, y de paso sin parar de hablar con Fernando. Algo que no terminaré de entender nunca. Al ritmo que van y yo sin preocuparme de otra cosa que de llevar una buena respiración, respondiendo bien a los tirones a medida que iba aumentando el ritmo. ¡Con eso ya tenía bastante! ¡Como para ponerme a hablar! ¡Je!
En más tiempo del que creía rebasamos el punto que yo quería rebasar. Para mi sorpresa, me dice Pablo que ese ya lo habíamos dejado atrás un buen rato antes. Eso me alegró porque me encontraba muy bien. Y tal vez como íbamos hubiera aguantado un trecho más, pero un nuevo cambio de ritmo terminó de quebrar mis esperanzas. Según mis cuentas iban a 5:20. Demasiado para mi cuerpo. Aviso a Pablo que me descuelgo de ellos y que sigo a mi ritmo el resto de la sesión. Nos despedimos con la advertencia de que luego nos veríamos al final en Pavones.
Fueron quince minutos los que compartí con el grupo. Les aguanté 3 kilómetros. No era mucha la diferencia, pero quedé satisfecho. Las sensaciones eran bien distintas que las de la última vez. Entonces me faltaba el aire y casi ni sentía fuerza en las piernas. Esta vez no. Entonces me tuve que detener, esta vez no. Bajé las revoluciones y ajusté el paso a mi necesidad. Si me descolgué fue porque veía peligrar mis 48 minutos al paso de ellos. Y eso estaba antes que nada. Sobre todo intentar cubrir los 8 k.
Me planteé llegar a los 24 minutos como un punto de retorno. Ahí me di la vuelta y tomando el mismo camino volví a Pavones en tres minutos más de lo previsto. En vez de 48 minutos empleé 50:52. Para lo que yo creía que eran 8 kilómetros. Medido con la bici ayer por la tarde me salían 8.6 con lo que los 6:21 el k. podrían ser incluso 5:55, pero esto no me preocupa demasiado. Cuando lo haga unas cuantas veces saldré de dudas.
Lo que importa es que quedé muy contento. Muchísimo. En cierta forma me había vencido a mí mismo una vez más. Pulso: 154 de media y 164 de máxima. Lejos de aquella máxima de casi 180 que me hizo pararme temiendo algo peor hace dos meses. Incluso cuando iba con ellos no pasaba de 160. Iba sin perder el ojo al pulsómetro. No quería sorpresas. Las 164 las debí de alcanzar en algún cambio de ritmo de los que hice ya de vuelta a Pavones. El final lo hice esprintando por Carrantona hasta Pavones.
Cuando llegaron todos, fuimos a hacer unas series de gradas. Por fin sé de qué va lo de las gradas. Fue divertido. 7 ejercicios distintos y creo que tres tandas de cada uno. Luego 5 ó 6 acelerones para hacer lo que llaman la transferencia, que tampoco sabía lo que era. Todo esto me hizo darme cuenta de que ya voy teniendo algo que antes no tenía: fondo. Ahora es cuando voy saboreando el fondo. Ocho kilómetros completos y sin pensar en pararme ni una sola vez.
Una sesión muy completa y muy sudada. Sí, creo que ayer hice algo provechoso y muy didáctico. Tenía miedo de no terminar mis 8 kilómetros por quemar más fuerzas de las que estoy acostumbrado a quemar al principio, pero pude con ellos. ¡Pero no fueron 8, fueron 8.6! ¡Que conste!
Pensé que era una buena oportunidad de probarme a mí mismo. Objetivos había varios. El primero, hacer mis 48 minutos. El segundo, hacer los 8 kilómetros. El tercero era el reto de ver si era capaz de aguantarles más tiempo que aquella vez en que no llegué ni al segundo kilómetro de la ruta hacia el Faunia. Me descolgaría de ellos en algún momento y a partir de entonces, iría a mi ritmo hasta completar mi sesión, reencontrándome con ellos en el punto de partida de Pavones.
La tarde, ideal de temperatura. Empezamos bien. Siempre empiezan bien para mí. A los 500 metros nos dividimos en dos grupos de cuatro. Delante, Claudio y otros tres empezando a apretar el ritmo. Detrás, íbamos los otros cuatro. Pablo y Fernando a mis costados. Pablo siempre pendiente de mí, y de paso sin parar de hablar con Fernando. Algo que no terminaré de entender nunca. Al ritmo que van y yo sin preocuparme de otra cosa que de llevar una buena respiración, respondiendo bien a los tirones a medida que iba aumentando el ritmo. ¡Con eso ya tenía bastante! ¡Como para ponerme a hablar! ¡Je!
En más tiempo del que creía rebasamos el punto que yo quería rebasar. Para mi sorpresa, me dice Pablo que ese ya lo habíamos dejado atrás un buen rato antes. Eso me alegró porque me encontraba muy bien. Y tal vez como íbamos hubiera aguantado un trecho más, pero un nuevo cambio de ritmo terminó de quebrar mis esperanzas. Según mis cuentas iban a 5:20. Demasiado para mi cuerpo. Aviso a Pablo que me descuelgo de ellos y que sigo a mi ritmo el resto de la sesión. Nos despedimos con la advertencia de que luego nos veríamos al final en Pavones.
Fueron quince minutos los que compartí con el grupo. Les aguanté 3 kilómetros. No era mucha la diferencia, pero quedé satisfecho. Las sensaciones eran bien distintas que las de la última vez. Entonces me faltaba el aire y casi ni sentía fuerza en las piernas. Esta vez no. Entonces me tuve que detener, esta vez no. Bajé las revoluciones y ajusté el paso a mi necesidad. Si me descolgué fue porque veía peligrar mis 48 minutos al paso de ellos. Y eso estaba antes que nada. Sobre todo intentar cubrir los 8 k.
Me planteé llegar a los 24 minutos como un punto de retorno. Ahí me di la vuelta y tomando el mismo camino volví a Pavones en tres minutos más de lo previsto. En vez de 48 minutos empleé 50:52. Para lo que yo creía que eran 8 kilómetros. Medido con la bici ayer por la tarde me salían 8.6 con lo que los 6:21 el k. podrían ser incluso 5:55, pero esto no me preocupa demasiado. Cuando lo haga unas cuantas veces saldré de dudas.
Lo que importa es que quedé muy contento. Muchísimo. En cierta forma me había vencido a mí mismo una vez más. Pulso: 154 de media y 164 de máxima. Lejos de aquella máxima de casi 180 que me hizo pararme temiendo algo peor hace dos meses. Incluso cuando iba con ellos no pasaba de 160. Iba sin perder el ojo al pulsómetro. No quería sorpresas. Las 164 las debí de alcanzar en algún cambio de ritmo de los que hice ya de vuelta a Pavones. El final lo hice esprintando por Carrantona hasta Pavones.
Cuando llegaron todos, fuimos a hacer unas series de gradas. Por fin sé de qué va lo de las gradas. Fue divertido. 7 ejercicios distintos y creo que tres tandas de cada uno. Luego 5 ó 6 acelerones para hacer lo que llaman la transferencia, que tampoco sabía lo que era. Todo esto me hizo darme cuenta de que ya voy teniendo algo que antes no tenía: fondo. Ahora es cuando voy saboreando el fondo. Ocho kilómetros completos y sin pensar en pararme ni una sola vez.
Una sesión muy completa y muy sudada. Sí, creo que ayer hice algo provechoso y muy didáctico. Tenía miedo de no terminar mis 8 kilómetros por quemar más fuerzas de las que estoy acostumbrado a quemar al principio, pero pude con ellos. ¡Pero no fueron 8, fueron 8.6! ¡Que conste!
Te voy ha meter un palo.
ResponderEliminarHoy sin abrazo, ja,ja,ja
Impensable, pero mira, lo has hecho, qué satisfacción. En todo caso, sigue los consejos del míster, que a mí lo del palo me parece que va en serio
ResponderEliminarA ver, jo... ¿has leido bien las pulsaciones?
ResponderEliminarQue no pasé de 165 y te digo más, a 165 llegué yo solito. Mientras fui con el pelotón ni siquiera pasé de 160. La otra vez rondé las 180. Podría haber seguido pero para mí lo principal era hacer los 48 minutos o los 8 kilómetros, pero no hacerlos al ritmo endiablado del GGM. (Endiablado para mí, se entiende)
Celina, va en serio. Gracias por el aviso. Esto me costará una sanción del mister. Seguro.
¡Jefe! ¿1000 abdominales por ejemplo estarían bien? Jejejeje...
¿Tal vez unas cervecitas...?
ResponderEliminar¡JUAS!
Hola Pepe, Tu sigue escribiendo tus entrenos que el mister te molerá a palos.....
ResponderEliminarUn saludo
Quique
Con unas cervezitas lo solucionamos todo. Soy muy facilón.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola pepemillas!!
ResponderEliminarUn encanto poder compartir contigo vivencias entre atletas. Grácias por el pesame, siempre es una falta que muera alguien haciendo deporte!
Te sigo leyendo y te agrego a la lista! Salud y km's!
* Èric.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, soy novato en este mundillo, y más novato aún descubriendo los cientos de blogs y webs que hay. Quiero manifestarte que me gusta el estilo que tiene el blog, desde la seriedad y la experiencia, y no por ello sin desenfado y buen humor.
ResponderEliminarUna preguntilla: trabajo en la calle Albasanz, ¿se puede correr (después de currar) hasta el Retiro? ¿hay algún trayecto viable?
Bueno, un saludo. Espero no desanimarme y seguir en contacto.
diandres
Bien, Pepe, me alegro de que sigas en la brecha y que continues en tu línea de mejora, un abrazo.
ResponderEliminarVaya, la locomotora sigue su trayecto y yo que me alegro
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